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Se mueve el ajedrez mundial

o que debe causar preocupación es que la reanudación de esos lanzamientos se produce una semana después del encuentro que sostuvieron en Vladivostok Kim Jong-un y Vladimir Putin. Es como si la llegada de un nuevo mejor amigo le haya dado alas al dictador para volver a sus desafíos.

5 de mayo de 2019 Por: Editorial .

De un tajo, Corea del Norte acabó con la pregonada luna de miel de la que hablaba el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y reanudó sus ensayos militares con la utilización de cohetes de corto alcance que hace regresar la tensión en la Península.

La decisión no ha sorprendido porque este tipo de acciones son la estrategia del régimen norcoreano cuando la diplomacia no avanza. Lo que debe causar preocupación es que la reanudación de esos lanzamientos se produce una semana después del encuentro que sostuvieron en Vladivostok Kim Jong-un y Vladimir Putin. Es como si la llegada de un nuevo mejor amigo le haya dado alas al dictador para volver a sus desafíos.

El desplazamiento de Kim a este país, el primero desde el que realizó su padre Kim Jong-il en 2011, pareciera un retorno a la ‘diplomacia del péndulo’ que utilizó su abuelo Kim Il-sung para moverse entre la influencia de China y la Unión Soviética, en la época de la Guerra Fría. De nuevo, Corea del Norte quiere disponer de todas la cartas y una que no había jugado era establecer una alianza con la Rusia de Putin, en plan de ganar influencia en el mundo.

El encuentro en Vladivostok da a entender que el fracaso de la cumbre de Hanoi entre Kim y Trump fue más profundo de lo que se dijo entonces. Y que la diplomacia del micrófono del mandatario estadounidense anunciando amistad eterna con Kim no funcionó.
Y es que mientras Estados Unidos pretende que Corea del Norte desmantele todo su arsenal nuclear y agache la cabeza antes de flexibilizar las sanciones que afronta, Kim exige que cualquier acto concreto de su parte esté acompañado por un levantamiento parcial de algunas de esas medidas.

Se hace evidente así que la diplomacia con Occidente entró de nuevo en un punto muerto y el líder de Corea del Norte no se queda quieto, sabiendo que su poder nuclear pesa en el balance de fuerzas. Ya ha estado en China cuatro veces y otra visita lo mostraría demasiado dependiente de su vecino. También se ha reunido con los líderes del vecino Corea del Sur para avanzar en la reunificación, aunque ese proceso tomará tiempo.

Así que ahora Rusia es una alternativa clara, cuando Putin se atreve a desafiar a los Estados Unidos en Venezuela, en Siria y en Irán. Lograr su apoyo sería un mensaje trascendental en el nuevo mapa del equilibrio entre las superpotencias.

De otra parte, las dilaciones en las negociaciones indican que Trump echó a Kim a los brazos de Putin. Con ello puede estar cambiando la ecuación en Asia debido a las bravatas que no son efectivas. Es la clave del juego que se produce ahora mismo, donde China y Rusia ganan espacio mientras Estados Unidos va quedando aislado y su presidente prefiere pelear con sus aliados. Un claro ejemplo es Venezuela, hoy involucrado en la geopolítica mundial cuando antes era simplemente un territorio más del patio trasero de Estados Unidos.

Así las cosas, el ajedrez de la política mundial vuelve a moverse y los misiles norcoreanos devuelven las cosas a como estaban antes de los diálogos con Trump. Es decir, a la amenaza nuclear sobre Corea del Sur y Japón.

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