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Se agrava la crisis

Esa clínica es una entidad privada. Pero padece los mismos males que tienen al borde de la liquidación o del cierre al Hospital Universitario del Valle. Es decir, no les pagan. Por lo cual, además de cancelar el servicio de urgencias, han tenido que remitir sus pacientes a los demás hospitales y clínicas, privadas y públicas, de Cali. Así, la red hospitalaria de una ciudad de dos millones quinientos mil personas puede estar al borde del colapso

15 de septiembre de 2015 Por:

Esa clínica es una entidad privada. Pero padece los mismos males que tienen al borde de la liquidación o del cierre al Hospital Universitario del Valle. Es decir, no les pagan. Por lo cual, además de cancelar el servicio de urgencias, han tenido que remitir sus pacientes a los demás hospitales y clínicas, privadas y públicas, de Cali. Así, la red hospitalaria de una ciudad de dos millones quinientos mil personas puede estar al borde del colapso

A partir del próximo miércoles, la clínica Rafael Uribe Uribe cerrará sus puertas. Con ello, la crisis que afecta a la red hospitalaria de Cali, producto ante todo del incumplimiento en los pagos de algunas Empresas Prestadoras de Salud, sigue su marcha, demostrando que ni el problema es sólo de administraciones ineficientes ni se resuelve con paños de agua tibia como recoger aquí y allá algunos recursos que se agotan en poco tiempo. La clínica tiene una importante trayectoria de servicio en Cali, desde que fue fundada por el liquidado Instituto de Seguros Sociales. En los últimos tiempos funcionó por la alianza entre la Caja de Compensación Comfenalco y la Universidad Libre, lo que, además de ofrecer servicios a miles de personas, era mecanismo eficaz para crear otra escuela de medicina de importancia en la ciudad. Por eso, la Universidad decidió comprar la totalidad de la Uribe Uribe.Sin embargo, ahora debe liquidarse. La razón: le deben $50.000 millones y sólo tiene $15 millones en caja para atender su funcionamiento, por lo cual carece de suministros. Como dice su liquidador, ya se quedó sin vigilancia, sin alimentación, sin lavado de ropa y sin material para realizar cirugías. Además, a sus empleados y médicos les deben dos y más meses de salarios, y a las empresas que suministran materiales no les pagan hace un tiempo importante.Esa clínica es una entidad privada. Pero padece los mismos males que tienen al borde de la liquidación o del cierre al Hospital Universitario del Valle. Es decir, no les pagan. Por lo cual, además de cancelar el servicio de urgencias, han tenido que remitir sus pacientes a los demás hospitales y clínicas, privadas y públicas, de Cali. Así, la red hospitalaria de una ciudad de dos millones quinientos mil personas puede estar al borde del colapso.Y vuelven a darse debates que aumentan la confusión y no resuelven nada. Que si se declaran en insolvencia, se intervienen o se liquidan; que si la crisis es culpa del mal manejo, del clientelismo que sí existe o de la falta de gestión. Y en el caso del HUV, que si cada uno de sus deudores institucionales, es decir el Departamento y el Ministerio de Salud aportan algo para mantenerlo con vida, mientras sus acreedores embargan sus cuentas sin ningún miramiento.Cuántas veces habrá que repetir que el asunto es mucho más grave de lo que algunas autoridades pretenden mostrar. Es que, en ambos casos, la deuda corresponde a las EPS y no parece existir decisión para obligarlas a pagar antes del colapso. Que no son todas las entidades, pero es claro que las grandes deudoras se están escudando en las que sí cumplen.Así se están cerrando las casas de salud que demandan los caleños, por lo general de escasos recursos, aumentando los problemas en la red hospitalaria de la ciudad. Además, se está destruyendo la posibilidad de tener centros de educación donde se formen los médicos y los especialistas que tanta falta le hacen al sistema de Salud en Colombia. Es el círculo vicioso que se cierra sobre uno de los servicios públicos esenciales para cualquier nación. ¿Hasta cuándo?

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