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Salud y poder

Y mientras se espera el desenlace de la cercana intervención quirúrgica, crecen las especulaciones sobre una posible división dentro del chavismo y una disputa por la herencia que deje quien ha desempeñado el poder durante 13 largos años.

24 de febrero de 2012 Por:

Y mientras se espera el desenlace de la cercana intervención quirúrgica, crecen las especulaciones sobre una posible división dentro del chavismo y una disputa por la herencia que deje quien ha desempeñado el poder durante 13 largos años.

La salud del presidente Hugo Chávez se desmorona, y tras ella va también la de su régimen. La inquietud crece en Venezuela entre sus partidarios y opositores mientras la suerte de Venezuela comienza a ser motivo de preocupación. Y ante una realidad ya inocultable, la reaparición del cáncer en la humanidad del caudillo, la inquietud se cierne sobre la posibilidad de que se permita a la democracia definir el relevo que puede producirse en las elecciones de octubre. Por supuesto que parece inhumano construir una hipótesis basada en la desaparición de Chávez. Pero los hechos están demostrando que el régimen bolivariano no le ha dicho toda la verdad a su Nación sobre el verdadero estado de su Presidente. Más aún, sus voceros se empeñan en usar un discurso cada vez más agresivo y descalificador contra cualquiera que se atreva a revelar lo que él mismo debió contar el pasado martes: que sus médicos en Cuba le ratificaron la gravedad de sus dolencias. Dicho eso por el presidente Chávez, lo que se ha desencadenado es una oleada de declaraciones y comunicados tratando de tranquilizar al pueblo venezolano: que el Presidente podrá seguir desempeñando sus funciones en un hospital extranjero mientras se recupera, dicen unos, lo que va en contravía de la Constitución aprobada por el chavismo. Que el asunto es casi rutinario, dicen otros, pese a la forma en que el propio Hugo Chávez describió lo que sus médicos le contaron. Nada sirve para tranquilizar los ánimos, y ni siquiera para alentar a los fervorosos seguidores del Presidente.Y mientras se espera el desenlace de la cercana intervención quirúrgica, crecen las especulaciones sobre una posible división dentro del chavismo y una disputa por la herencia que deje quien ha desempeñado el poder durante 13 largos años. Son especulaciones que empiezan a tener cuerpo cuando se escucha a personajes como Diosdado Cabello o el Ministro de Comunicación, quienes tratan de dar a entender que ellos son los sucesores. En tanto, personajes alejados del protagonismo en forma evidente como los militares, o en forma inexplicable como el canciller Nicolás Maduro, guardan un silencio misterioso. Y en la otra orilla, la de la oposición, Enrique Capriles actúa con cautela, llamando a la unión y evitando la confrontación, confiando en que se permita el libre juego democrático que de paso al cambio por él encarnado. Ahora, la enfermedad de Chávez le da más posibilidades como una alternativa y ante la desconfianza que demuestra el Presidente frente a sus alfiles más cercanos. Pero para muchos observadores y analistas, en caso de que desaparezca el Presidente el futuro político de Venezuela estará afectado por la lucha interna del chavismo. La pregunta es si en el país vecino podrá producirse la transición pacífica que proclama Carriles en caso de que Chávez desaparezca del escenario político. Y si la llamada boliburguesía permitirá ese cambio que le quitará muchos de sus privilegios o, por el contrario, usará la violencia para impedirlo. Todo está por verse en un país donde el totalitarismo alrededor de una persona parece temer que sus días están contados.

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