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Revive la pesadilla

Como si fueran pocas las tensiones mundiales ahora reaparece el formalizar su salida del tratado para la eliminación de misiles nucleares de medio y corto alcance, Estados Unidos abrió las puertas para una...

5 de agosto de 2019 Por: Editorial .

Como si fueran pocas las tensiones mundiales, al formalizar su salida del tratado para la eliminación de misiles nucleares de medio y corto alcance, Estados Unidos abrió las puertas para una nueva carrera armamentista.

Este acuerdo que firmaron Estados Unidos y Rusia en 1987, cuando la Guerra Fría amenazaba con un probable enfrentamiento nuclear, limitaba las pruebas y planteaba una prohibición para el desarrollo de esos misiles. Hoy, el gobierno del presidente Donald Trump advierte que durante años los rusos han violado los términos del acuerdo y fabricado misiles vetados que ponen en riesgo la seguridad de Estados Unidos y sus aliados europeos.

El temor ahora es que se desate un rearme. “Rusia es la única responsable de la muerte del tratado”, aseguró Mike Pompeo, secretario de Estado, quien también agregó que no tenía sentido proseguir cuando Rusia decidió quedarse con los misiles que violan el acuerdo en vez de adherirse a las obligaciones del tratado y acabar con los temores.

Pero el gobierno estadounidense pretende escalar sus pretensiones. Trump ha enviado señales para que China, que no está sometida a ningún acuerdo sobre control de armas nucleares, haga parte de una futura negociación. No hay duda de que hoy el gigante asiático, que lleva años invirtiendo en defensa, es un rival estratégico que preocupa a Estados Unidos incluso más que Rusia.

En la actualidad se calcula que el arsenal nuclear de China pueda estar alrededor de 290 armas, una cantidad inferior a las más de 1300 cabezas nucleares que poseen Estados Unidos y Rusia. Sin embargo, el rápido desarrollo que experimentan permite suponer que pronto podrán equiparar la fuerza nuclear.

No en vano el nuevo secretario de Defensa de Estados Unidos, Mark Esper, declaró en Australia estar a favor de la instalación en Asia de misiles de alcance medio con armas nucleares, lo que fue interpretado como un mensaje directo a los chinos. Nada en política internacional es dejado al azar y no deja de llamar la atención que la declaración se haya producido justo un día después de que Estados Unidos abandonara el tratado de Fuerzas Nucleares Intermedias.

La preocupación de la comunidad internacional tiene validez. China no tiene intención de negociar la reducción de su capacidad nuclear y por el contrario entiende que entre más crezca, elevará su posibilidad de negociación con Estados Unidos. Esto entonces hará menos probable que Trump y Putin decidan reducir su arsenal. Sin duda, una peligrosa espiral.

Por ahora Estados Unidos, en una demostración de fuerza, ya anunció que planea realizar pruebas con misiles de alcance intermedio. Se trata de una versión del famoso misil de crucero Tomahawk, modificado para ser lanzado desde tierra y no solo desde embarcaciones.

En momentos en que el riesgo de confrontación nuclear es una realidad por los desarrollos en ese campo que tienen países con volátiles gobiernos como Irán y Corea del Norte, el anuncio del fin del tratado es una pésima noticia que empieza a revivir la peor pesadilla de la segunda mitad del siglo pasado.

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