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Responsabilidad compartida

"La Ptar recibe hoy el 85% de los desechos líquidos que produce la ciudad y por un proceso de sedimentación es posible reducir en un 50% la toxicidad correspondiente a materiales sólidos, la tasa de descontaminación más alta de todo el país. El otro 50%, producido por bacterias y coleiformes, es el que falta por tratar. Y para eso son necesarios US$240 millones, que sólo podrán conseguirse por el sistema de todos ponen".

28 de abril de 2012 Por:

"La Ptar recibe hoy el 85% de los desechos líquidos que produce la ciudad y por un proceso de sedimentación es posible reducir en un 50% la toxicidad correspondiente a materiales sólidos, la tasa de descontaminación más alta de todo el país. El otro 50%, producido por bacterias y coleiformes, es el que falta por tratar. Y para eso son necesarios US$240 millones, que sólo podrán conseguirse por el sistema de todos ponen".

La contaminación del río Cauca es la mayor deuda ambiental que tiene Cali y no se podrá saldar mientras se viertan a su cauce toneladas de aguas residuales sin el tratamiento adecuado. Una responsabilidad que es de del Municipio, del Departamento y la Nación. Entre todos, incluidos los ciudadanos, se tiene que hacer el propósito de enmienda, si se le quiere devolver la vida al afluente más importante del occidente colombiano.Cali no ha sido indiferente frente al problema de río Cauca. Hace diez años, cuando se puso en funcionamiento la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales de Cañaveralejo, Ptar, empezó la redención. Más allá de los problemas que se presentaron por su financiación, en los cuales se origina la deuda de un billón de pesos que hoy tiene Emcali con el Gobierno Nacional, los beneficios de la planta son innegables, tanto que es la única en Colombia autorizada por Naciones Unidas para negociar los llamados bonos de carbono o bonos verdes como compensación a su aporte ambiental al mundo.En una década se bajó a la mitad la carga de aguas residuales contaminadas que se arrojan al río. La Ptar recibe hoy el 85% de los desechos líquidos que produce la ciudad y por un proceso de sedimentación es posible reducir en un 50% la toxicidad correspondiente a materiales sólidos, la tasa de descontaminación más alta de todo el país. El otro 50%, producido por bacterias y coleiformes, es el que falta por tratar. Y para eso son necesarios US$240 millones, que sólo podrán conseguirse por el sistema de todos ponen.Ahí es donde se necesita que tanto el Municipio, como la CVC y la Nación participen. Y que los caleños continúen pagando por tener un sistema de alcantarillado funcional y por los beneficios que le ha traído la Ptar al río Cauca, de donde, además, sale el agua que consume el 75% de la población. La responsabilidad es compartida, por eso no vale que se siga ignorando el grave problema ambiental del Cauca.El documento Conpes, firmado hace ya tres años, y que compromete la consecución de $1,6 billones para recuperar el río, continúa siendo letra muerta. Lo primero es concretarlo, que tenga un doliente que lo impulse y obligue a las partes a cumplirlo. Y que un porcentaje de esos recursos se destine a la ampliación de la capacidad de tratamiento de la Ptar. Lo mismo debería hacerse con parte de los $30.000 millones que pagan al año los caleños por la sobretasa ambiental y que son administrados desde hace 8 años a su antojo por la CVC ante la incapacidad demostrada por el Dagma. ¿Por qué no se invierte el mayor porcentaje de esos ingresos en aportes a la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales, en lugar de destinarlos a proyectos que muchas veces no se sabe cómo se definen ni cómo benefician a Cali? La Ptar de Cañaveralejo hay que concluirla si se quiere salvar al río que recorre nueve departamentos y pasa por 180 municipios después de dejar la capital del Valle. Es el principio de la responsabilidad ambiental que se tiene con el segundo río del país, como quiera que a su alrededor viven más de diez millones de colombianos.

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