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Reino Unido: ¿Se queda o se va?

"De todos los efectos que traería el triunfo del Bretix en el plebiscito del próximo jueves, el peor sería sentar el precedente de que ese esfuerzo por superar la discordia antigua y generadora de conflictos es un lugar de paso del que cualquiera puede marcharse. Un daño tal es incalculable".

20 de junio de 2016 Por:

"De todos los efectos que traería el triunfo del Bretix en el plebiscito del próximo jueves, el peor sería sentar el precedente de que ese esfuerzo por superar la discordia antigua y generadora de conflictos es un lugar de paso del que cualquiera puede marcharse. Un daño tal es incalculable".

Quizás ni el primer ministro David Cameron calculó hasta dónde llegaría la convocatoria a un plebiscito para saber si sus conciudadanos querían seguir formando parte de la Unión Europea.En su momento, y aprovechando la victoria electoral, el representante del partido de los tories, atendió una solicitud del Partido de la Independencia del Reino Unido para pulsar lo que parecía un sentimiento independentista minoritario. Hoy, las encuestas lo ponen como opción ganadora en un cabeza a cabeza entre el Sí y el No, duda de la que los británicos y la UE saldrán este jueves.Los partidarios de la salida y los de la permanencia en la UE llegan a la hora cero en medio de un ambiente crispado y ensombrecido. El tono de la campaña ha superado los cálculos más pesimistas de radicalización y la sociedad no termina de reponerse del asesinato en el norte de Inglaterra de Jo Cox, la diputada laborista y partidaria de la permanencia, a manos de un hombre con antecedentes siquiátricos y simpatizante del neonazismo.Cuánto pueda incidir ese crimen, está por verse. Sobre lo que no cabe duda es el precio que pagarían el Reino Unido y la Unión Europea si una de las economías más sólidas del Mundo abandona la Comunidad más importante construida después de la Segunda Guerra Mundial.Visto en números, el primero de los impactos sería para la economía del Reino Unido, sexta parte de ese conglomerado al que vende casi la mitad de sus exportaciones, mientras apenas compra no más de un 10%. De todas maneras, de prosperar el separatismo, habría dos años para armar toldo aparte, sin derecho en ese mismo lapso de entrar a formar parte de otro bloque.Hacia fuera, el golpe incluiría a la UE, con una caída prevista que podría alcanzar el 0,5% y un 0,2 para un mundo débil y en crisis. Ese escenario es el que no quiere ver el bloque del ‘Vote Leave’, empeñado en responder Sí a la pregunta “¿Debe el Reino Unido continuar como miembro de la Unión Europea o debe dejar la UE?”. Para explicar su posición, insisten que la economía es apenas una disculpa. Porque detrás de las cabezas visibles del exministro Michael Gove y del exalcalde de Londres Boris Johnson hay otras fuerzas no necesariamente conservadoras, empeñadas en la regresión. Son las que venden con éxito el nacionalismo, la xenofobia y el aislacionismo, sin medir consecuencias.El Brexit es la sigla que resume la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea. Por supuesto, de todos los efectos que traería su triunfo en el plebiscito del próximo jueves, el peor sería sentar el precedente de que ese esfuerzo por superar la discordia antigua y generadora de conflictos es un lugar de paso del que cualquiera puede marcharse. Un daño tal es incalculable.Tras el estandarte de ‘Britain Stronger in Europe’, conservadores, laboristas, liberaldemócratas, nacionalistas escoceses y verdes empujan el voto de la sensatez. Mucho ha aportado el Reino Unido en la construcción de la concordia y la unión con sus vecinos europeos, como para echar por la borda ese enorme legado.

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