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Reforma: porqué si

Esa es la razón por la cual se debe pedir al Concejo Municipal que respalde la solicitud del Gobierno Municipal de otorgarle facultades para realizar la reforma administrativa que requiere Cali. Antes que una renuncia a facultades legales, el sí significará un voto de confianza a un gobierno que fue elegido con el respaldo de la mayoría de los concejales electos.

25 de febrero de 2016 Por:

Esa es la razón por la cual se debe pedir al Concejo Municipal que respalde la solicitud del Gobierno Municipal de otorgarle facultades para realizar la reforma administrativa que requiere Cali. Antes que una renuncia a facultades legales, el sí significará un voto de confianza a un gobierno que fue elegido con el respaldo de la mayoría de los concejales electos.

En el Concejo de Cali se adelanta el estudio de una solicitud de facultades presentada por el Alcalde para reformar la Administración Municipal. Ante los hechos que se están presentando, que contrastan con las necesidades que tiene la ciudad, es momento para pedir que se permita un espacio de confianza para que el Gobierno realice lo que es una solución aplazada durante muchas décadas. Es claro que una administración de un Municipio con 6.522 funcionarios no puede ofrecer los mejores resultados cuando el 71 % de su nómina la componen personas vinculadas mediante contratos de servicios a seis o menos meses. Incluso, hay dependencias que, como el Departamento Administrativo del Medio Ambiente, Dagma, sólo tiene a su director como empleado, mientras su nómina ha llegado a estar compuesta por hasta 400 contratistas. Esa es la realidad de la Administración de Cali. Que se traduce en un enorme impedimento para realizar su misión, en inestabilidad de quienes son vinculados de manera tan precaria y en una gran influencia de factores como las recomendaciones de los dirigentes políticos. Por otra parte, su efecto en el sentido de pertenencia de los funcionarios al Municipio y la entidad con la cual trabajan sufre un gran menoscabo, que se refleja en las dificultades que experimentan los gobernantes para cumplir sus compromisos con la ciudadanía.De otra parte, es inocultable que el Gobierno de Cali es hoy una colcha de retazos que desde hace muchos años demanda una reestructuración que le devuelva su coherencia y lo ponga en mejores condiciones para responder a las necesidades de los caleños. Que no se olvide que la capital vallecaucana es hoy una ciudad de dos millones setecientos mil ciudadanos, con grandes dificultades para recibir la respuesta que ellos esperan de quienes son escogidos en las urnas para regir los destinos de su alcaldía y desempeñar las labores del Concejo Municipal. Otra cosa es que, como lo ha hecho el alcalde Maurice Armitage, se autorice a su gobierno para realizar esa reforma. Esa es la manera que él y su equipo de gobierno han considerado la más expedita para efectuar el cambio que demanda Cali. Cambio que, por supuesto, debe estar guiado por el propósito y el compromiso de dar estabilidad a los funcionarios, de hacer más eficiente la administración y de ofrecer mejores servicios y respuestas a los ciudadanos y sus necesidades. Esa es la razón por la cual se debe pedir al Concejo Municipal que respalde la solicitud del Gobierno Municipal de otorgarle facultades para realizar la reforma administrativa que requiere Cali. Antes que una renuncia a facultades legales, el sí significará un voto de confianza a un gobierno que fue elegido con el respaldo de la mayoría de los concejales electos.Con ello se puede empezar una nueva era en las relaciones entre los gobiernos y quienes son elegidos para vigilar sus actuaciones y pedir cuentas, muy distinto a la costumbre de negociar el control político con la oportunidad para cogobernar y exigir cuotas de poder que le hacen daño al interés público.

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