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Protestas en Argentina

La protesta ocurrida en Argentina recuerda las que tumbaron a Fernando de la Rua. Y que estamos ante una sublevación de quienes ya no soportan al Gobierno que reeligieron.

12 de noviembre de 2012 Por:

La protesta ocurrida en Argentina recuerda las que tumbaron a Fernando de la Rua. Y que estamos ante una sublevación de quienes ya no soportan al Gobierno que reeligieron.

El pasado jueves las calles de Buenos Aires se llenaron con miles de manifestantes que inundaron la ciudad con cánticos, globos con los colores de la bandera argentina, carteles de protesta y consignas dirigidas contra el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner.El grueso de los participantes eran ciudadanos de clases media y alta, lo que fue utilizado a modo de crítica por voceros del oficialismo al señalar que era la “clase poderosa” o “adinerada” la que manifestaba. Pero aunque la presencia de sectores económicamente más pudientes fue evidente, sobre todo en Buenos Aires, también los descamisados de algunas barriadas populosas, o los ciudadanos pobres de provincia que también se hicieron sentir, en una jornada de indignación colectiva que no fue convocada por ningún partido, ni tampoco obedece a un sentimiento clasista, sino que manifiesta el cansancio de los argentinos con un régimen político que los afrenta y los trata con indiferencia.En términos generales puede decirse que la protesta recuerda las que tumbaron a Fernando de la Rua. Y que estamos ante una sublevación de quienes ya no soportan al Gobierno que reeligieron. Los sondeos muestran el descontento por el estilo confrontacional del Gobierno, la desaceleración económica, los altos niveles de inflación, la inseguridad, y lo que pudo haber sido el detonante de todo el malestar: las restricciones al ahorro en dólares, una costumbre de los gobiernos incapaces de frenar la devaluación que ocasiona sus fracasos.Como es lógico, a los sectores que han tenido acceso a una buena educación y conforman un sector ilustrado e influyente de la opinión pública les molesta el populismo del Gobierno, empeñado en restringir la inversión extranjera y en ejercer un control dictatorial sobre el derecho a la libre expresión. Por eso no fue extraño que entre las pancartas exhibidas en las marchas callejeras, muchas de ellas se refirieran al derecho a la libertad. No se trató tan sólo de una manifestación de inconformismo por las dificultades económicas o las malas perspectivas de los ingresos, sino de una clara oposición política de la ciudadanía, que considera que su gobierno ha fracasado de manera completa.Para Rosendo Fraga, sociólogo argentino, se trata de una manifestación política de la clase media, que se reconstituyó en el país después de la crisis de 2001-2002. Para Fraga, “hoy, el 50% de los argentinos entra en parámetros que caracterizan a la clase media, tanto por sus niveles educativos y culturales, como por su ingreso. No se trata entonces de un grupo minoritario, sino del más grande”. Paradójicamente es el mismo grupo social que incidió en la reelección del Gobierno contra el que hoy protestan. La reacción del Gobierno a la protesta no ha hecho más que echar leña al fuego, al considerar a los manifestantes como “una minoría de ricos que no acepta los cambios”, en un estilo reactivo que ha caracterizado a la señora Presidenta y que tiene alta incidencia en el malestar de la ciudadanía.Los efectos políticos de la protesta se harán visibles el próximo año, cuando se convoque a elecciones del Congreso.

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