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Prosur, otro intento

¿Es necesaria esta nueva iniciativa, aunque sea bien intencionada? ¿No es mejor fortalecer la OEA que por cuenta de Unasur se fue quedando sin posibilidades de construir un consenso para defender la democracia?

25 de marzo de 2019 Por: Editorial .

El nacimiento de un nuevo bloque regional es ya una realidad en América del Sur. La puesta en marcha del Foro para el Progreso y Desarrollo de América Latina, Prosur, debería ser visto como una oportunidad para construir sobre las diferencias y una esperanza para superar la pobreza en el Continente.

La creación de Prosur fue una iniciativa de Chile y Colombia a la que pronto se sumaron Brasil, Ecuador, Argentina, Perú y Paraguay. Y nace sobre las cenizas de Unasur, una organización que se convirtió en un lastre para la integración por toda la carga de ideología que arrastraba.

Desde el principio era previsible el final que tendría Unasur, ideada por Lula, no por Chávez como se ha hecho creer, pero adoptada y usada por este para comprar el espacio que ambicionaba como el segundo Bolívar.
Se trató de un esfuerzo por imponer ideologías y ambiciones manipuladas desde Cuba, dirigidas a debilitar la OEA y compradas con petróleo y corrupción.

Hoy, la realidad política de la región es otra. Los gobiernos de izquierda que dominaron la década pasada mostraron su fracaso y han sido reemplazados, poco a poco, por otros de perfil conservador. De esta nueva iniciativa precisamente se han marginado Bolivia y Uruguay, dos países donde la izquierda aún es fuerte, y por supuesto Venezuela, cuya dictadura encarna el enemigo común del bloque.

Los presidentes Piñera y Duque han advertido que este nuevo foro estará abierto a todos los países de América del Sur que cumplan dos requisitos: vigencia plena del Estado de derecho y respeto total a las libertades y a los derechos humanos. Sobre la exclusión de Venezuela y el perfil conservador que rige a los socios del nuevo bloque, el presidente chileno aclara que esta organización pretende ser un “polo de la democracia, para la libertad y el respeto de los derechos humanos. Eso no es ideología, son valores, principios”.

Empero no se puede desconocer que Prosur nace basada en una ideología distinta, pero al fin de cuentas ideología lo que hará inevitable las fricciones. ¿Es necesaria esta nueva iniciativa, aunque sea bien intencionada? ¿No es mejor fortalecer la OEA que por cuenta de Unasur se fue quedando sin posibilidades de construir un consenso para defender la democracia? Lo que es evidente es que el Socialismo del Siglo XXI ha muerto y con él Unasur.

La región se ha caracterizado desde hace décadas por tener diversos procesos de integración que han fracasado por falta de participación de los países, en algunos casos, o por las polarizaciones políticas, en otros, que no dejan prosperar ninguna iniciativa.

Tal vez es hora de pensar que la mejor salida sería dedicar todos los esfuerzos a fortalecer la unidad de América a través de la democracia. Ese es el escenario más efectivo para neutralizar los totalitarismos. Y también para discutir de igual a igual con Estados Unidos y su natural tendencia a imponer sus puntos de vista hegemónicos.

Cualquier otra cosa diferente, llámese Unasur o nuevas organizaciones similares como la de ahora dividen los esfuerzos y neutralizan la posibilidad de unión en Latinoamérica.

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