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Propuestas y dudas

"...hoy, cuando la Fuerza Pública ha logrado grandes avances y ha propinado golpes como la muerte de los jefes más importantes de las Farc, ya no parece el momento para que alias Timochenko reclame el regreso a las condiciones que quedaron cuando el Gobierno de entonces terminó con los diálogos en el Caguán y se decidió a enfrentar la burla de que era objeto la Nación".

12 de enero de 2012 Por:

"...hoy, cuando la Fuerza Pública ha logrado grandes avances y ha propinado golpes como la muerte de los jefes más importantes de las Farc, ya no parece el momento para que alias Timochenko reclame el regreso a las condiciones que quedaron cuando el Gobierno de entonces terminó con los diálogos en el Caguán y se decidió a enfrentar la burla de que era objeto la Nación".

Además de su compleja retórica, la larga y confusa carta dirigida por el jefe de las Farc al Presidente de la República parece ser un intento por entablar alguna conversación sobre paz, que no debe ser descartada de plano. Pero a alias Timochenko y a todos sus compañeros les debe haber quedado claro que desde el destinatario inicial de su misiva hasta el último de los colombianos le respondieron diciéndole no a la posibilidad de revivir la amarga experiencia del Caguán en todos sus órdenes. Decir que la paz se consigue a través de un diálogo civilizado es un axioma. Más en Colombia, donde se han hecho muchos intentos por lograrlo mediante negociaciones serias, algunas de ellas exitosas como la alcanzada con el M-19, hace ya 20 años. Otras, como las realizadas con los grupos paramilitares de las Autodefensas Unidas de Colombia, llegaron a soluciones imperfectas pero eficaces para desmontar una enorme maquinaria de guerra que nació en apariencia como respuesta a las atrocidades de la guerrilla y ante la incapacidad del Estado para defender a la sociedad. Otra cosa es lo ocurrido con las Farc. La decena de intentos por lograr acuerdos siquiera mínimos, han caído en el vacío, debido a las mentiras con las cuales han actuado en las mesas de negociación. En cada ocasión, las intenciones de los gobiernos y de la sociedad sólo han sido utilizadas para aumentar la amenaza, la destrucción y la muerte en Colombia. En otros términos, en sus cabecillas sólo ha existido el propósito de lograr tiempo para fortalecerse y aprovechar la confusión de un país deseoso de reconciliación, para tratar de ganar un espacio. Así, los intentos con la guerrilla han sido esfuerzos vanos que endurecieron la posición del pueblo colombiano. Por eso hoy, cuando la Fuerza Pública ha logrado grandes avances y ha propinado golpes como la muerte de los jefes más importantes de las Farc, ya no parece el momento para que alias Timochenko reclame el regreso a las condiciones que quedaron cuando el Gobierno de entonces terminó con los diálogos en el Caguán y se decidió a enfrentar la burla de que era objeto la Nación. Ahora, el jefe guerrillero escribe otra de sus complejas cartas al presidente Juan Manuel Santos para retomar lo que hace unos meses había propuesto su compañero más antiguo, alias Sargento Pascuas, cabecilla del Sexto Frente y el último de los fundadores de las Farc que esta con vida: hablar de negociación. Muchos se preguntan si el objetivo de ‘Pascuas’ es el mismo que acompaña a su nuevo jefe ‘Timochenko’. Sin embargo, es claro que la palabra vuelve a aparecer en el lenguaje del grupo. Difícil interpretar si en la carta enviada al presidente Santos hay una oferta seria de diálogo, o si forma parte de una estrategia en la que está involucrado algún sector del Gobierno. Lo que sí queda claro en la respuesta presidencial es que el país no va a regresar a la patria boba del Caguán. Y que la liberación de los secuestrados así como el fin de la violencia son requisitos irrenunciables para empezar a considerar una nueva mesa de negociación con las Farc.

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