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¿Prisioneros o rehenes?

19 de julio de 2010 Por:

La liberación de 52 prisioneros cubanos que tenían el carácter de disidentes políticos y que concitaron la atención internacional a causa del fallecimiento de uno de ellos, lo mismo que la prolongada huelga de hambre de Guillermo Fariñas, ha puesto en evidencia las argucias políticas de la dictadura castrista.Aunque algunos comentaristas opinan que esta liberación se debió especialmente a la intervención del canciller español Miguel Ángel Moratinos y la Iglesia Católica, lo mismo que a la persistencia de las ‘damas de blanco’ que se manifiestan en La Habana, lo cierto es que el gobierno cubano ha terminado cediendo, más porque fracasó en su intento de repatriar a los 5 agentes cubanos presos en Estados Unidos desde 1963, que por supuestas ‘razones humanitarias’.La verdad, los 75 disidentes encarcelados se encontraban más en una situación de rehenes que de prisioneros políticos. Constituían una moneda de canje para obtener algunos objetivos, el principal de los cuales era lograr la liberación en de sus cinco agentes detenidos y procesados por espionaje en los Estados Unidos.La negativa del gobierno estadounidense a este tipo de negociación degradante llevó al régimen castrista a buscar otro tipo de compensaciones contando con los disidentes encarcelados como elemento para el inmoral trueque. Una de ellas, que está íntimamente relacionada con objetivos económicos del propio Raúl Castro, es la posibilidad de que los ciudadanos estadounidenses puedan ir libremente a Cuba a pasar sus vacaciones.Los cálculos del régimen cubano ascienden a cinco millones de turistas americanos por año, lo que le dejaría una gran cantidad de beneficios económicos. Desde el principio de su ascensión Raúl Castro ha estado tomando medidas para atender a este posible flujo de turistas con alta capacidad de consumo. El hecho de que en la actualidad el Congreso de los Estador Unidos esté estudiando la posibilidad de permitir el turismo hacia Cuba resulta una coincidencia que no debe desestimarse a la hora de analizar las razones que llevaron a los hermanos Castro a liberar a un número importante de disidentes encarcelados.Lo mismo sucede con la normalización de relaciones con la Unión Europea, un objetivo en el que España ha jugado el papel de ‘punta de lanza’ de los cubanos y que explicarían el hecho de que le hayan concedido al canciller Moratinos el papel protagónico en esta liberación. También es posible que se tenga en cuenta la necesidad de alejar la atención del balbuceante Fidel Castro que reapareció con alertas apocalípticas de una guerra nuclear generada por los conflictos con Irán y Corea del Norte.Como fuere, lo cierto es que el proceso de liberación de los disidentes no muestra ninguna intención del régimen castrista por respetar los derechos humanos, ni cosa parecida, sino su desprecio por la vida y la dignidad humana, hasta el punto de que es capaz de utilizar a los propios cubanos como piezas de canje en el tablero del ajedrez internacional. ¿Prisioneros liberados? No, rehenes para canjear, ahora expatriados.

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