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Preparados para El Niño

En general el territorio nacional se enfrenta a los efectos de El Niño, que será más fuerte en regiones como la Costa Atlántica, los Santanderes, Antioquia, el centro del país y el Valle. De las medidas y la responsabilidad que hayan asumido los gobiernos, en especial los locales y regionales, frente a las advertencias que se han hecho desde meses atrás, así como de las acciones de cada uno de los colombianos dependerá que se mitiguen los efectos del fenómeno tropical.

3 de enero de 2015 Por:

En general el territorio nacional se enfrenta a los efectos de El Niño, que será más fuerte en regiones como la Costa Atlántica, los Santanderes, Antioquia, el centro del país y el Valle. De las medidas y la responsabilidad que hayan asumido los gobiernos, en especial los locales y regionales, frente a las advertencias que se han hecho desde meses atrás, así como de las acciones de cada uno de los colombianos dependerá que se mitiguen los efectos del fenómeno tropical.

Las alertas sobre El Niño son para actuar a tiempo y adoptar las medidas que eviten sus estragos. Sin alarmismo se debe reconocer que ya llegó a Colombia y que la ola de sequía y calor que ocasiona el cambio de temperaturas en las aguas tropicales hay que enfrentarla. El presidente Juan Manuel Santos, el Ministro del Medio Ambiente y el Ideam lo vienen anunciando desde hace días: las probabilidades de que el Fenómeno climático son reales y es seguro en un 83% que sus efectos se sentirán con fuerza a partir del mes de febrero en buena parte del territorio nacional. De las medidas que se tomen en el país, los departamentos y los municipios, así como de las acciones de cada colombiano, dependerá que se mitigue su impacto.Si bien la intensidad de este Niño se advierte con menos fuerza y sin las consecuencias que sufrió la Nación hace dos décadas, cuando la sequía llevó a un racionamiento de energía sin precedentes, sí se espera que el caudal de los ríos y las represas disminuya. Entre otras razones porque no han logrado recuperar sus niveles luego del último intenso verano y porque el ahorro de agua que se logró entre octubre y noviembre del año anterior se relajó en diciembre.Las consecuencias de un fenómeno climático como el de El Niño son de todo orden. Algunas serán más amenazantes, como la falta de agua así como la posibilidad de un racionamiento de energía que puede golpear todos los aspectos de la vida diaria. Pero igual de preocupantes son los incendios forestales, que solo en el primer semestre el 2014 llegaron a 650 en todo el país y de los cuales Cali sabe cómo afectan sus reservas naturales, el medio ambiente y ponen en riesgo las comunidades de las laderas y montañas.Sus efectos también los sentirá el sector agropecuario. Una sequía en época de cosecha como la que va hasta marzo puede alterar los cultivos, disminuir la producción de leche y traer consecuencias negativas para la economía de las regiones y del país. Desde mediados del año anterior se escucharon las voces expertas como la del Centro Internacional de Agricultura Tropical, Ciat, para que agricultores y ganaderos tomaran precauciones. Ojalá se hayan valorado y acatado.En general el territorio nacional se enfrenta a los efectos de El Niño, que será más fuerte en regiones como la Costa Atlántica, los Santanderes, Antioquia, el centro del país y el Valle. De las medidas y la responsabilidad que hayan asumido los gobiernos, en especial los locales y regionales, frente a las advertencias que se han hecho desde meses atrás, así como de las acciones de cada uno de los colombianos dependerá que se mitiguen los efectos del fenómeno tropical.Es la hora de preguntarse si las recomendaciones se atendieron y si los planes de acción para enfrentar a El Niño están listos o a punto para recibirlo en las próximas semanas. Y de crear conciencia entre los colombianos sobre la necesidad de evitar conductas que repercuten en su vida diaria. Estar preparados y actuar con conciencia es la manera de afrontar una época de mayor calor, sequía y escasez de agua que ya es realidad y ojalá sea breve.

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