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Petronio en Cali

"El Festival Petronio Álvarez, al mostrar a caleños, vallecaucanos y a colombianos de diferentes regiones la riqueza musical del Pacífico, con la autoestima y sentido de pertenencia de humildes pescadores, mineros y campesinos llegados de ríos recónditos y playas desconocidas, enamoró a la audiencia caleña".

13 de agosto de 2014 Por:

"El Festival Petronio Álvarez, al mostrar a caleños, vallecaucanos y a colombianos de diferentes regiones la riqueza musical del Pacífico, con la autoestima y sentido de pertenencia de humildes pescadores, mineros y campesinos llegados de ríos recónditos y playas desconocidas, enamoró a la audiencia caleña".

Petronio Álvarez, un trabajador del Ferrocarril del Pacífico, se hizo conocido al componer una de las grandes canciones colombianas, ‘Mi Buenaventura’, la ciudad de donde era oriundo. Pero también fue de Cali, la ciudad donde vivió, levantó a parte de su familia y falleció. Fue uno de los constructores del barrio Salomia, donde se le recuerda con afecto. En esta dualidad, bonaverense y caleño, reside parte de su importancia como símbolo del gran Festival folclórico que lleva su nombre y que se realiza cada año en la capital del Valle. Este festival, que llega a su versión 18, logró alcanzar uno de sus grandes objetivos: reforzar los lazos de la antigua relación existente entre los habitantes del interior del Valle con los pobladores del Litoral Pacífico. Relación antigua y estrecha, que explica la prosperidad del departamento desde que fue creado en 1910.El Festival Petronio Álvarez, al mostrar a caleños, vallecaucanos y a colombianos de diferentes regiones la riqueza musical del Pacífico, con la autoestima y sentido de pertenencia de humildes pescadores, mineros y campesinos llegados de ríos recónditos y playas desconocidas, enamoró a la audiencia caleña. Y se transformó en centro de atracción de espectadores, muchos de los cuales llegan de prestigiosas universidades del exterior, desde países donde ya no existen las músicas tradicionales, porque la urbanización del mundo ha acabado con ellas.Fue el descubrimiento de la cultura del Pacífico. Que tiene gran importancia para Colombia, pues su responsabilidad para hacer realidad la Alianza del Pacífico no podrán cumplirse si el país no se sensibiliza hacia las necesidades de los pueblos aún perdidos del nuestra costa occidental, desde los límites del Ecuador, hasta los límites con Panamá. Desarrollar esta región, resolver sus necesidades básicas y proteger su riquísimo medio ambiente, son tareas inaplazables, a cuya ejecución contribuye, a su manera, el Festival Petronio Álvarez de música del Pacífico.No se trata entonces, tan sólo, de celebrar con alegría la reunión de artistas de todo el Pacífico en Cali. También es la oportunidad de constatar que, con esta fiesta, Cali se ha convertido en la verdadera capital de la región Pacífico, con la correspondiente carga de obligaciones que se desprende de esa situación.Sabemos que este festival notable y multitudinario llama la atención del mundo y puede convertirse en un producto atractivo para la afluencia turística. Para que ello suceda debe mantener su rumbo, íntimamente ligado a la realidad social, económica y cultural de la gente sencilla de diferentes rincones del Litoral, y no ceder a las tentaciones que emanan de la politiquería o de los mercaderes de la música. La autenticidad del festival es lo que lo ha hecho crecer y convertirse en un hecho cultural de magnitud internacional.Por eso la Alcaldía de Cali, a cuyo cargo está el evento, se merece un nutrido aplauso, pues ha sabido comprender el significado del festival, lo mismo que aquellas administraciones municipales y departamentales que han contribuido con él, a lo largo de 18 años.

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