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Pésima representación

"Con el apoyo de América Latina y el Caribe, Venezuela fue elegida en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas en calidad de miembro no permanente. Se trata de un contrasentido. Con tantas acusaciones, incluso sancionado por la propia organización, ¿cómo puede un régimen así contribuir a la seguridad, al respeto de los derechos humanos y a la paz mundial?"

20 de octubre de 2014 Por:

"Con el apoyo de América Latina y el Caribe, Venezuela fue elegida en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas en calidad de miembro no permanente. Se trata de un contrasentido. Con tantas acusaciones, incluso sancionado por la propia organización, ¿cómo puede un régimen así contribuir a la seguridad, al respeto de los derechos humanos y a la paz mundial?"

Con el apoyo de América Latina y el Caribe, Venezuela fue elegida en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas en calidad de miembro no permanente. Se trata de un contrasentido. Con tantas acusaciones, incluso sancionado por la propia organización, ¿cómo puede un régimen así contribuir a la seguridad, al respeto de los derechos humanos y a la paz mundial?Se predica con el ejemplo, y Venezuela ha sido sancionada por múltiples violaciones a los derechos humanos, trata con hostigamiento a las fuerzas de la oposición política, persigue a los estudiantes, irrespeta el derecho de propiedad, se ha convertido en aliado de países que apoyan a organizaciones terroristas y en su mismo territorio se refugian dirigentes de grupos terroristas de Colombia, como es bien sabido.Por esas razones y otras propias de su política interna es que el gobierno de Estados Unidos advirtió sobre esa posibilidad y luego criticó la decisión de las Naciones Unidas. “Un país que no es capaz de garantizar la seguridad, ni la paz política en su propio territorio, no puede estar en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas”, dijeron los representantes estadounidenses. Por su parte el New York Times, en un editorial anterior a la elección, había pedido que “Colombia, Brasil y otros países latinoamericanos deben dirigir un esfuerzo para evitar que Venezuela represente a la región, cuando se ha convertido en un bochorno para el continente”. Sin embargo, tantas advertencias cayeron al vacío, demostrando que la ONU es un gigante burocrático cada vez más intrascendente, donde operan los acuerdos secretos que permiten que países como Irán presidan el comité de derechos Humanos.En particular llama la atención la postura de Colombia, pese a que el gobierno vecino es facilitador de los diálogos en La Habana. Ahora, el presidente Nicolás Maduro y su gobierno pregonan cada vez que pueden que los males de su país se deben a Colombia. Si hay escasez porque el gobierno venezolano ha quebrado la economía, se debe “al contrabando hacia Colombia”. Si se produce un asesinato, “es responsabilidad de los paramilitares colombianos”. Y así.También es llamativo que el bloque regional de América Latina y el Caribe que en el pasado coordinaba sus candidaturas atendiendo las sugerencias de Estados Unidos, ahora actúe menospreciándola, pese a que, en general, sigue siendo el principal socio comercial de la mayoría de países de la región. Sin duda, ello tiene que ver con el olvido del gobierno estadounidense en su política internacional con respecto a América latina, con el abandono de la reforma migratoria en ese país, que afecta principalmente a descendientes de latinoamericanos. Y con el término, hace años, de las políticas de ayuda para el desarrollo, para reemplazarlas por el interesado “Consenso de Washington”.La decisión está tomada y nada ganará América Latina y el Caribe con la representación de Venezuela en la ONU. Pero ya son de esperar los discursos encendidos en defensa de sus aliados como Siria o sus arengas contra el imperialismo.

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