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Otro misterio

"El mundo reclama una aeronavegación segura, que no esté expuesta a la demencia de quienes ven en el asesinato masivo y a mansalva la posibilidad de doblegar la voluntad de sus contradictores. Menos aún cuando destruye un medio de transporte que ha transformado la vida del Planeta".

20 de mayo de 2016 Por:

"El mundo reclama una aeronavegación segura, que no esté expuesta a la demencia de quienes ven en el asesinato masivo y a mansalva la posibilidad de doblegar la voluntad de sus contradictores. Menos aún cuando destruye un medio de transporte que ha transformado la vida del Planeta".

Hasta el momento, es un misterio la suerte del vuelo MS 804 de Egyptair que partió el pasado miércoles de París a El Cairo con 66 personas a bordo. Aunque ya se declaró su desaparición, cualquiera de las hipótesis sobre lo ocurrido es un motivo de intranquilidad mayor para el mundo y para la aeronavegación.La teoría más mencionada por los servicios de seguridad de Egipto, respaldada por sus pares de Rusia, indica que el avión fue objeto de un atentado terrorista. El antecedente más próximo es el estallido mediante una bomba en el vuelo que salió de Sharm El Sheik, puerto egipcio en el mar rojo, hacia San Petersburgo, ocasionado por la variante egipcia del Estado Islámico, que causó la muerte de 224 pasajeros. Sin embargo, el vuelo de Egyptair salió de París, víctima también de esos actos demenciales con los cuales el fundamentalismo yihadista desafía a occidente y a Rusia.Según informaciones conocidas, satélites de los Estados Unidos detectaron que no se produjo una explosión, y que pocos minutos antes de desaparecer su rastro, la aeronave realizó giros erráticos e inexplicables. Desde los hechos en los cuales terroristas se tomaron los vuelos que destruyeron las torres gemelas de Nueva York y parte del Pentágono en Washington, el 11 de septiembre del 2001, los gobiernos y las empresas de aviación extremaron las medidas para evitar posibles asaltos. Sin embargo, y a juzgar por las versiones emitidas por conocedores del asunto, la teoría tampoco puede ser descartada. La otra versión, menos discutida pero vigente hasta que se encuentre la verdadera causa, es la falla, humana o técnica. Se recuerda entonces el accidente del vuelo 9525 de la aerolínea Germanwings el cual fue desviado por un piloto hasta estrellarlo contra los Alpes, causando una pavorosa tragedia que aún no ha sido asimilada. Por último, tanto la aerolínea como el fabricante del avión aseguran que éste ha tenido una rigurosa hoja de mantenimiento durante sus 13 años de operación continua que garantiza su seguridad y su buen desempeño. Esas son las distintas facetas de un hecho que vuelve a conmocionar al mundo por la dimensión del drama y del temor que ocasiona. Si bien la seguridad aérea es comprobada por los millones de aviones que cada año cruzan los cielos, las probabilidades de que ocurra un accidente o que se produzca un ataque violento, son reales. Lo que sí está claro es que, de ser consecuencia de un ataque terrorista en cualquiera de sus modalidades, se producirán reacciones que repercutirán en todas partes. Es que esa forma de atentar contra personas indefensas es una agresión contra la humanidad. Se llama terrorismo y no puede admitir negociaciones de ningún tipo con sus autores, así aleguen intenciones políticas o reivindicaciones de cualquier especie. El mundo reclama una aeronavegación segura, que no esté expuesta a la demencia de quienes ven en el asesinato masivo y a mansalva la posibilidad de doblegar la voluntad de sus contradictores. Menos aún cuando destruye un medio de transporte que ha transformado la vida del Planeta.

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