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Otra vez

"España está por ahora en el peor de los mundos porque no tiene unos mecanismos claros para afrontar las nuevas realidades de una política fraccionada y de la posibilidad de tener un gobierno de minorías".

29 de junio de 2016 Por:

"España está por ahora en el peor de los mundos porque no tiene unos mecanismos claros para afrontar las nuevas realidades de una política fraccionada y de la posibilidad de tener un gobierno de minorías".

De nuevo, España eligió dividir su espectro político en minorías obligadas a negociar para conformar un gobierno. Pero en esta ocasión, la posibilidad de caer en otra interinidad producto de la falta de acuerdos y de la arrogancia, puede pasar una dura cuenta de cobro, en medio de las circunstancias que viven sus socios de Europa.Ganó el Partido Popular, PP, del presidente Mariano Rajoy, aumentando a 137 sus curules en el Parlamento. Victoria importante sin duda. Pero no le alcanza para conformar un gobierno con las mayorías que le eviten la obligación de concertar una coalición, o de conseguir una alianza que por lo menos no vete esa posibilidad, caso en el cual el país Ibérico deberá llamar a otras elecciones y caer en otra interinidad. Se despejó también el fantasma del populismo triunfante sobre el Partido Socialista Obrero Español, Psoe. Al perder más de un millón de votos, la alianza del emergente Podemos con Izquierda Unida, IU, se aleja de cualquier posibilidad de tener el poder con lo cual descansan el Psoe y los españoles. Pero los socialistas quedan en el peor de los mundos. Sus fuerzas reducidas a 85 escaños y el cuestionamiento a su papel en el futuro de la política lo obligan a tomar partido para evitar que España siga sin gobierno oficial. Más aún cuando tiembla la Unión Europea, alianza a la que llevó a su país y un apoyo más que necesario para acabar de superar la crisis económica más grande y más profunda desde el fin del franquismo. La situación de la política española no es ni de cerca la mejor para el momento que atraviesa esa nación. Las cifras indican que Ciudadanos, el partido que nace de la necesidad de cambio, redujo también su participación, descendiendo a 32 escaños. Lo cual lleva a que el PP deba buscar en otros partidos los 7 que le hacen falta para conformar la mayoría que exige la constitución.Así las cosas, Mariano Rajoy, que con su triunfo insuficiente ya no puede negarse a tratar de conformar el gobierno, enfrenta el más grande desafío en la historia moderna de España: evitar que su país continúe sin ese gobierno estable que necesita para seguir siendo protagonista de la historia en Europa, la cual tiembla hoy ante la salida del Reino Unido. Y tratar de convencer a quienes han sido sus tradicionales opositores, el Psoe, o a las nuevas realidades, Podemos, Ciudadanos, el separatismo catalán, para poder realizar la tarea. El escenario es pues bien difícil, y no sólo para los partidos. España está por ahora en el peor de los mundos porque no tiene unos mecanismos claros para afrontar las nuevas realidades de una política fraccionada y de la posibilidad de tener un gobierno de minorías. Por eso es necesario un acuerdo con compromisos de reformas para afrontar los cambios ocasionados por el viraje de los electores, hastiados de la corrupción y de los gobiernos vacilantes.La pregunta es si la política y los políticos españoles podrán poner el interés nacional por encima de las divisiones y de los afanes por aprovechar la confusión. Es decir, si serán capaces de sacar a España del vacío de Gobierno que hoy padece y la tiene en medio de la nada.

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