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Nace otro gigante

Como nos ha venido ocurriendo en las iniciativas de integración que tienen por objeto el Océano Pacífico, nuestro país está al margen del TTP. Salvo la Alianza del Pacífico, el mundo de los negocios que se construye a través de acuerdos multilaterales en el mar del futuro sigue siendo esquivo para nosotros, confirmando que junto con Ecuador, que tiene razones ideológicas, somos la excepción de Suramérica.

7 de octubre de 2015 Por:

Como nos ha venido ocurriendo en las iniciativas de integración que tienen por objeto el Océano Pacífico, nuestro país está al margen del TTP. Salvo la Alianza del Pacífico, el mundo de los negocios que se construye a través de acuerdos multilaterales en el mar del futuro sigue siendo esquivo para nosotros, confirmando que junto con Ecuador, que tiene razones ideológicas, somos la excepción de Suramérica.

Hace diez años, Singapur, Brunei, Nueva Zelanda y Chile plantearon la posibilidad de crear un acuerdo que revolucionara el mercado mundial, sumando las fortalezas de sus economías en desarrollo. A partir de esa propuesta, ayer se firmó en Atlanta el tratado que constituye el que puede ser el mercado común más grande del mundo. ¿Qué pasó desde entonces? Que Estados Unidos y el Japón encontraron en la idea el instrumento para fortalecer su posición en el Pacífico, con el objetivo de confrontar a China y quitarle el poder que representa en el concierto económico del Planeta. Por eso se convirtieron en líderes, logrando la llegada de Australia, Nueva Zelanda, Perú, México y Vietnam, lo cual, según las cuentas del presidente Barack Obama les asegura alcanzar ventas por US$233.000 millones al año.Cinco años duraron negociando el tratado que se firmó en la ciudad estadounidense, en secreto, rodeados de las protestas que se volvieron costumbre cuando se trata de ese tipo de negociaciones. De él sólo se conoce que permitirá cosas como criminalizar a quien use sin permiso y sin pago los videos en el internet, o a los periodistas investigativos que se inmiscuyan en asuntos como los derechos que se les otorgarán a las multinacionales farmacéuticas por un período prolongado.En la presentación del pacto denominado Acuerdo Estratégico Transpacífico de Asociación Económica, TPP por sus siglas en inglés, Obama afirmó que con él se eliminarán 18.000 impuestos. “Ésta asociación nivela el campo de juego para nuestros campesinos, rancheros y manufactureros”, dijo el mandatario, refiriéndose tal vez a las ventajas que tendrá para su país. Aunque la Ford Motor, empresa emblemática de los Estados Unidos, ya se muestra en desacuerdo con lo que hasta ahora se conoce, puesto que el desequilibrio en materia cambiaria lo saca de los mercados, como le está sucediendo en Colombia con la devaluación.Como nos ha venido ocurriendo en las iniciativas de integración que tienen por objeto el Océano Pacífico, nuestro país está al margen del TTP. Salvo la Alianza del Pacífico, el mundo de los negocios que se construye a través de acuerdos multilaterales en el mar del futuro sigue siendo esquivo para nosotros, confirmando que junto con Ecuador, que tiene razones ideológicas, somos la excepción de Suramérica. Algo explicable, si se tiene en cuenta que el mar de Balboa no es prioridad para Bogotá, como lo demuestra el hecho de que llevamos cincuenta años tratando de terminar una carretera decente que conecte al centro con la ciudad y el puerto más importante de Colombia sobre ese océano.Pero no todo debe ser crítica. Ante las dudas sobre patentes, derechos de autor y otras restricciones, lo que cabe esperar no es un tratado que defienda la libertad de comercio, sino que la restrinja. Y esas restricciones, en especial en materia de salud, pueden causar estragos en la atención a las enfermedades y males que padecen los colombianos. Mucho de eso nos sucedió en el TLC con los Estados Unidos, por lo cual parece sano esperar los desarrollos y la publicación del acuerdo en su integridad.

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