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¿Misión posible?

Para la Comisión, el declive de los océanos puede llegar a un punto de difícil retorno en 30 años y detenerlo depende de las acciones que se adelanten en el próximo quinquenio. El plan propuesto será efectivo si las naciones se unen, hay un compromiso global para cumplirlo y los Estados, en especial los más desarrollados que son los mayores responsables del deterioro, aportan los recursos necesarios.

28 de junio de 2014 Por:

Para la Comisión, el declive de los océanos puede llegar a un punto de difícil retorno en 30 años y detenerlo depende de las acciones que se adelanten en el próximo quinquenio. El plan propuesto será efectivo si las naciones se unen, hay un compromiso global para cumplirlo y los Estados, en especial los más desarrollados que son los mayores responsables del deterioro, aportan los recursos necesarios.

Como un Estado fallido que no tiene quién lo gobierne, sin vigilancia y que carece de gestión para protegerlo. Así describió la Comisión Océano Mundial lo que sucede con las aguas de alta mar, que acusan un deterioro de tal impacto que si no se actúa de forma “atrevida” dentro de los próximos cinco años, entrarán en un proceso de difícil recuperación.Esas aguas no pertenecen a ningún país pero al mismo tiempo son de toda la humanidad, y representan el 64% del total de los océanos. La vida del Planeta depende de su conservación si se tiene en cuenta que producen el 50% del oxígeno que necesita la Tierra, retienen el 90% del calor salvaguardando las áreas terrestres y absorben el 25% de emisiones de carbono, principal causa del daño a la capa de ozono y del calentamiento global.Durante 18 meses la Comisión integrada por exgobernantes, científicos y líderes mundiales, analizó el estado de alta mar y determinó que el 87% de especies marinas se encuentran sobreexplotadas o colapsadas principalmente por los escasos controles a la pesca legal y la nula autoridad sobre la pesca ilegal; la salud de los océanos también sufre por las 6,5 millones de toneladas de desechos que reciben y porque al 90% de las aguas residuales que les llegan no se les realiza ningún tratamiento para descontaminarlas.Los combustibles de los barcos pesqueros y de transporte son también responsables del daño, como lo es la explotación de petróleo en aguas submarinas que avanza sin freno de la mano con los avances tecnológicos para su extracción. A ello se suman el impacto del cambio climático sobre los océanos y la ineficiencia de la Convención de Naciones Unidas sobre el Derecho al Mar, que es la legislación mundial para las aguas internacionales.Para la Comisión, el declive de los océanos puede llegar a un punto de difícil retorno en 30 años y detenerlo depende de las acciones que se adelanten en el próximo quinquenio. El plan propuesto será efectivo si las naciones se unen, hay un compromiso global para cumplirlo y los Estados, en especial los más desarrollados que son los mayores responsables del deterioro, aportan los recursos necesarios.Lograrlo no será fácil. La Comisión propone limitar, hasta abolir, las subvenciones al combustible que las naciones entregan para la pesca en alta mar, como una forma de frenar la sobreexplotación; así mismo, cerrar los mares, puertos y mercados a la pesca ilegal. También se impone endurecer las normas para la extracción de hidrocarburos y diseñar un plan universal de contingencia frente a posibles catástrofes, como la del 2010 en el Golfo de México, donde se derramaron 4 millones de barriles de crudo durante 84 días, una tragedia ambiental irreparable.Todo ello será posible si hay un verdadero gobierno sobre alta mar, que obligue a cumplir las convenciones existentes, vigile y ejerza autoridad. La cuestión es si el mundo se pondrá de acuerdo para definir quienes se encargarán de la tarea, actuará unido para salvar los océanos y así protegerá a 3.000 millones de personas que dependen del mar para su subsistencia.

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