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México, hora crucial

"Las recientes elecciones legislativas en México enseñan que los tres años que restan del gobierno del presidente Enrique Peña Nieto serán determinantes para el futuro de una nación que urge prontas y efectivas soluciones a los tiempos difíciles que hoy atraviesa".

15 de junio de 2015 Por:

"Las recientes elecciones legislativas en México enseñan que los tres años que restan del gobierno del presidente Enrique Peña Nieto serán determinantes para el futuro de una nación que urge prontas y efectivas soluciones a los tiempos difíciles que hoy atraviesa".

Las recientes elecciones legislativas en México enseñan que los tres años que restan del gobierno del presidente Enrique Peña Nieto serán determinantes para el futuro de una nación que urge prontas y efectivas soluciones a los tiempos difíciles que hoy atraviesa.Y es al propio Peña Nieto a quien corresponde tomar el toro por los cuernos. Los resultados de sus políticas están lejos de los alcances que pretendió al asumir el poder el 1 de diciembre de 2012 bajo la consigna “Este es mi compromiso y tú sabes que lo voy a cumplir”: luchar contra el poderoso crimen organizado, combatir la pobreza y golpear al mayor de los males, la corrupción.Hoy, México está envuelto en escándalos de los que no son excepción la familia presidencial y funcionarios de alto nivel, señalados de lujos y excesos en un país donde unos 11,5 millones de ciudadanos (uno de cada diez) vive en la pobreza extrema, mientras a la vez los carteles del narcotráfico se multiplican y demuestran su poder en sangrientas incursiones. Y en medio de ese panorama, la sombra de los 43 estudiantes desaparecidos en septiembre de 2014 en Iguala, en el estado de Guerrero, como símbolo de los alcances de la impunidad. El desgaste del Mandatario se puede reflejar en su bajo índice de popularidad, 32%, cuando se apresta a iniciar el período más duro del mandato, con el sol a sus espaldas. Aunque el mismo Peña Nieto podría calificar como un triunfo la jornada electoral en la que su partido, el PRI, obtuvo las mayorías, estas no fueron absolutas, lo que le obligará a buscar alianzas. Si se interpreta lo que sucedió en las urnas el pasado 7 de junio, se podría decir que lo que triunfó, como viene sucediendo en los últimos tiempos en diversas latitudes, fue el hartazgo. En ese sentido, no solo perdieron votos el PRI sino también el PAN y la izquierda tradicional -con la excepción de Manuel López Obrador, quien armó rancho aparte-, a la vez que sectores independientes recibían el favor popular. Si bien el PRI se salvó, fue porque, como dicen algunos analistas, a la oposición le fue peor aún. Comienza entonces la cuenta regresiva para un mandatario obligado a acelerar las reformas, que ya registraron algunos pasos al frente en materia energética y de telecomunicaciones pero urgidos de avances concretos en educación, justicia y equidad social. Y en lucha anticorrupción. Ahí, además de encontrar y juzgar a quienes desde sus cargos oficiales se apropian de los dineros públicos, es perentorio dar ejemplo para no desviar los recursos del erario para satisfacer apetitos personales. Y no decaer en la lucha contra los carteles del narcotráfico que, como ocurrió en su época de auge en Colombia, se han infiltrado en todos los estamentos del Estado y ejercen influencia importante durante las elecciones. La guerra que desde 2006 ya deja 80 mil muertos y, se calcula, 22 mil desaparecidos, merece toda la atención del gobierno así como la solidaridad del mundo y en especial de América Latina, en la que México es una nación hermana.

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