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Media Colombia sin gas

Ni siquiera el señor Ministro de Minas y Energía, que en la anterior emergencia expresó la necesidad de incrementar el precio del gas para construir soluciones, ha aparecido esta vez. Es como si no existiera responsabilidad de parte de las autoridades en un hecho que golpea los bolsillo de miles de trabajadores, la economía de miles de familias y la estabilidad de las empresas que usan el gas natural.

17 de mayo de 2012 Por:

Ni siquiera el señor Ministro de Minas y Energía, que en la anterior emergencia expresó la necesidad de incrementar el precio del gas para construir soluciones, ha aparecido esta vez. Es como si no existiera responsabilidad de parte de las autoridades en un hecho que golpea los bolsillo de miles de trabajadores, la economía de miles de familias y la estabilidad de las empresas que usan el gas natural.

De nuevo, el centro y el occidente de Colombia deben padecer el desabastecimiento de gas natural, causado al parecer por un derrumbe en la zona por donde atraviesa el gasoducto Mariquita-Cali. Y se echa de menos la presencia de las autoridades competentes para que le expliquen a la ciudadanía cómo harán para evitar que se repita el desabastecimiento que afecta la economía, los negocios y el transporte de medio país. La empresa encargada de transportar el gas informa que la avería se presentó en el kilómetro 78 entre Manizales y el Fresno, y fue causada por un derrumbe parecido al ocurrido hace seis meses. Como consecuencia, la parálisis y el encarecimiento en sus servicios afectará a miles de familias, a centenares de industrias y a renglones vitales para la economía porque generan gran cantidad de puestos de trabajo como los restaurantes, los taxis y demás vehículos que han aceptado la reconversión como una manera de abaratar sus costos de operación. Si bien es difícil prever que se presenten este tipo de accidentes, lo cierto es que sí es posible tener alguna solución alterna mientras se reparan los daños. Es decir, las experiencias de los últimos meses debieron llevar a los propietarios del gasoducto a plantear esas alternativas. Pero no parece ser así, a juzgar por la escasez que se está presentado en los departamentos de Caldas, Quindío, Risaralda, Valle, y Cauca. De nuevo, a la gente se le responde diciendo que la culpa la tiene la naturaleza, por lo cual hay que resignarse y aceptar las cuantiosas pérdidas que dejará la emergencia. Y no aparece vocero alguno del Gobierno Nacional que les explique a los ciudadanos qué se va a hacer para garantizar la prestación del servicio público. Ni siquiera el señor Ministro de Minas y Energía, que en la anterior emergencia expresó la necesidad de incrementar el precio del gas para construir soluciones, ha aparecido esta vez. Es como si no existiera responsabilidad de parte de las autoridades en un hecho que golpea los bolsillo de miles de trabajadores, la economía de miles de familias y la estabilidad de las empresas que usan el gas natural, atendiendo las recomendaciones oficiales sobre la conveniencia de reemplazar el consumo de energía eléctrica.Ayer, los distribuidores de gas en Cali anunciaron que en la mañana de hoy se acabará el combustible en la ciudad, mientras se mantiene la incertidumbre sobre la fecha en que se reparará el daño. Pero nadie ofrece soluciones a los usuarios. Y se desconoce en qué están las posibilidades de construir tanques de reserva para atender las emergencias o cambiar el trazado del gasoducto, alternativas que se plantearon cuando la emergencia invernal de hace seis meses causó tantos perjuicios.Ése tratamiento no se lo merecen quienes en el occidente y el sur de Colombia están padeciendo el desabastecimiento de gas natural. Y aunque se anuncia para hoy la reparación del tubo, al Estado le corresponde dar la cara y buscar la solución definitiva a una amenaza que puede volverse crónica y afecta a la mitad de Colombia.

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