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Los plazos de la negociación

"Ante tantos y tan importantes vacíos por llenar, era claro que el plazo anunciado en octubre con motivo de la divulgación sobre el acuerdo en el tema de justicia restaurativa, no podía cumplirse sin omitir puntos básicos de la negociación con las Farc".

11 de marzo de 2016 Por:

"Ante tantos y tan importantes vacíos por llenar, era claro que el plazo anunciado en octubre con motivo de la divulgación sobre el acuerdo en el tema de justicia restaurativa, no podía cumplirse sin omitir puntos básicos de la negociación con las Farc".

Con la declaración del presidente Juan Manuel Santos sobre la necesidad de prolongar las negociaciones, cede la tensión creada desde octubre pasado cuando se anunció el 23 de marzo como la fecha límite para la firma del acuerdo definitivo con las Farc. Sin embargo, es necesario recordar que debe existir un plazo en el cual culminar la negociación y terminar un proceso que lleva ya casi cuatro años.Los hechos estaban demostrando que la posibilidad de terminar la negociación sería imposible. Los documentos revelados por la mesa de diálogos indican que son muchos los aspectos que faltan por definir en los puntos acordados el 26 de agosto de 2012, referentes a las víctimas, la justicia, la participación en política de las Farc, las políticas de desarrollo agrario integral, las drogas ilícitas y el fin del conflicto. Además, no se han definido aspectos cruciales como la implementación, verificación y refrendación del acuerdo, como lo es la creación de las zonas de desmovilización, y el mecanismo de aprobación popular que debe ser acordado por las partes. Ante tantos y tan importantes vacíos por llenar, era claro que el plazo anunciado en octubre con motivo de la divulgación sobre el acuerdo en el tema de justicia restaurativa, no podía cumplirse sin omitir puntos básicos de la negociación. Sobre todo, porque la última regla de funcionamiento de las conversaciones que dieron vida al proceso dice: “Las conversaciones se darán bajo el principio de que nada está acordado hasta que todo esté acordado”.Es en ese escenario donde deben entenderse las palabras del presidente Santos, pronunciadas el pasado miércoles y en las cuales expresó su propósito de no firmar un mal acuerdo por cumplir con la fecha fatal del próximo 23 de marzo. Lo cual significa también que hoy no existe certeza sobre cuándo terminará la negociación, partiendo de la presunción sobre la voluntad tanto de las Farc como del Gobierno de llegar al acuerdo definitivo.Si bien se parte de ese presupuesto, debe quedar claro que el proceso no puede prolongarse de manera indefinida. Eso no lo entenderían los colombianos, quienes durante más de cuatro años han esperado con paciencia el final exitoso de los diálogos en La Habana y el comienzo de la nueva etapa de postconflicto en el cual están cifrados los esfuerzos del Gobierno Nacional. Como no sería aceptable que, habiéndose incumplido el plazo fijado y por razones explicables, ahora se entre en otra negociación también interminable sobre la nueva fecha límite para el acuerdo final.Mientras se llega a determinar el nuevo plazo, es importante hacer mención de los avances que se han alcanzado en el Congreso de la República para reformar la ley de orden Público y autorizar al Primer Mandatario a decretar las zonas de concentración de las Farc. Es de resaltar también el voto favorable del Centro Democrático a esa iniciativa, lo que puede indicar la posibilidad de un acuerdo en los sectores democráticos para hacer frente común en la solución de la violencia mediante la negociación, sin necesidad de renunciar al derecho a la crítica y a la oposición en Colombia.

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