El pais
SUSCRÍBETE

Los otros desplazados

"En el 2013 las tragedias causadas por inundaciones, deslizamientos de tierra y sequías extremas, entre otras, obligaron a 31.702 colombianos a dejar sus sitios de residencia y migrar hacia las ciudades en busca de nuevas oportunidades, que en su mayoría no encuentran. Es entonces cuando la catástrofe de la naturaleza se convierte en un cataclismo social, porque aumentar los índices de pobreza y miseria en las urbes".

20 de septiembre de 2014 Por:

"En el 2013 las tragedias causadas por inundaciones, deslizamientos de tierra y sequías extremas, entre otras, obligaron a 31.702 colombianos a dejar sus sitios de residencia y migrar hacia las ciudades en busca de nuevas oportunidades, que en su mayoría no encuentran. Es entonces cuando la catástrofe de la naturaleza se convierte en un cataclismo social, porque aumentar los índices de pobreza y miseria en las urbes".

No son las guerras ni la violencia, como podría suponerse, las que provocan el mayor número de desplazados en el mundo. Los desastres naturales, que han aumentado en número e intensidad por efecto del cambio climático, son los que están llevando a que más gente abandone los lugares donde vive. Es un drama permanente y a veces silencioso, al cual ha contribuido la humanidad con su descuido. El año pasado 22 millones de personas se vieron obligadas a dejar sus hogares por los estragos que ocasionaron fenómenos climáticos extremos. Tifones y huracanes, inundaciones o sequías intensas, sismos y tsunamis ocurridos en 119 países llevaron a que el número de desplazados por esas causas fuera tres veces mayor al provocado por conflictos. Si bien se trata de eventos propios de un planeta que es un organismo vivo, la intervención del hombre en el deterioro acelerado del medio ambiente y los consecuentes efectos climáticos, ha llevado a que esos fenómenos naturales sean más frecuentes y su intensidad aún más devastadora. Como en su mayoría son impredecibles e incontrolables, es difícil evitar la destrucción o la pérdida de vidas humanas. El tifón Haiyan que azotó en el 2013 a Filipinas es un reflejo de esa realidad: con vientos de 350 kilómetros por hora ha sido el más potente en la historia del mundo. Dejó 10.000 víctimas mortales, arrasó con poblaciones enteras y provocó una tragedia sin precedentes de la que debieron huir cuatro millones de filipinos, lo que agudizó los problemas socioeconómicos e incrementó la miseria en esa nación en desarrollo.Fenómenos de tal intensidad son consecuencia del aumento de la temperatura entre 1 y 2 grados centígrados en las últimas cinco décadas, del crecimiento del nivel del mar en 0,3 centímetros cada año, del deshielo de los polos y en general del daño a la naturaleza por la emisión de gases contaminantes, la devastación de bosques o por convertir al planeta en basurero.Colombia no ha sido ajena a esos desastres y al desplazamiento que provocan. En el 2013 las tragedias causadas por inundaciones, deslizamientos de tierra y sequías extremas, entre otras, obligaron a 31.702 colombianos a dejar sus sitios de residencia y migrar hacia las ciudades en busca de nuevas oportunidades, que en su mayoría no encuentran. Es entonces cuando la catástrofe de la naturaleza se convierte en un cataclismo social, porque aumentar los índices de pobreza y miseria en las urbes. Si el deterioro ambiental sigue al ritmo de los años recientes, si las naciones no se comprometen a tomar las medidas que reduzcan el daño por la emisión de gases de efecto invernadero y no se educa a la población para que contribuya en su cuidado, los desastres naturales no darán tregua al Planeta. La humanidad deberá entonces asumir su responsabilidad por las consecuencias devastadoras que ocasionan esos fenómenos y enfrentar los problemas que provocará a los Estados el que cada vez más gente se deba desplazar por cuenta de las catástrofes naturales y los cambios climáticos aumentados por la mano del hombre.

AHORA EN Editorial