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Los desafíos de la Otan

En los nuevos tiempos, el reto de la Otan será recuperar su unidad para poder seguir salvaguardando la libertad, el patrimonio común y la civilización, fundados en los principios de democracia, libertad individual y la libre empresa.

7 de abril de 2019 Por: Editorial .

La celebración de los 70 años de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, Otan, no llega en el mejor momento del organismo creado en 1949 para defender a Europa de la guerra fría y la amenaza de las aspiraciones absolutistas de la Unión Soviética.

Sin duda, la Otan fue fundamental para contener el peligro que para Occidente significó el comunismo de la URSS en tiempos de José Stalin y sus sucesores. Una vez cayó la cortina de hierro, Europa Occidental se liberó del yugo absolutista y Rusia abrazó la economía de mercado, la obligación era adecuarla a las nuevas realidades.

Hoy, los peligros los encarnan Rusia con sus aspiraciones expansionistas, el terrorismo y la ciberseguridad. La gran inquietud son las violaciones rusas del tratado de desarme nuclear y las ambiciones que tiene en Ucrania, Siria y otros países vecinos.

A pesar de su fortaleza y las declaraciones del Secretario General de la organización, lo que está en evidencia es que la unión de la Otan no pasa por el mejor momento. En principio las razones se deben buscar en el resquebrajamiento de confianza entre sus socios y las decisiones políticas que están tomando algunos de sus miembros, encabezados por el Presidente de los Estados Unidos, uno de sus pilares fundamentales.

Durante la cumbre de los 70 años en Washington fue inevitable abordar el asunto del reparto de cuotas. La mayoría de países no cumple el compromiso de invertir el 2% de gasto en defensa, lo cual ha sido cuestionado desde su llegada a la Casa Blanca por el presidente Donald Trump, quien acusa a sus socios europeos de haberse aprovechado de Estados Unidos.

Hay otro aspecto que aunque no se planteó abiertamente está generando tensión entre los socios. Se trata de los comportamientos cada vez más autoritarios de algunos de sus integrantes. Turquía es un ejemplo de ello, liderado por un Erdogan que con puño de hierro ha ido eliminando oposición, la independencia de poderes y los medios de comunicación, ruta que parecen transitar también Hungría y Polonia. A esto se suma la irrupción de movimientos de corte nacionalista en Italia, España y Francia que parecen contradecir algunos de los postulados con que se creó la organización.

El encuentro de ministros de relaciones exteriores también sirvió para que se exigiera al gobierno de Vladimir Putin que retire los militares rusos que han llegado a Venezuela. Hay que recordar que el año pasado Colombia formalizó su ingreso a la Otan. Aunque hay preguntas sobre la utilidad de tal decisión, este acuerdo es hoy de gran importancia en el complicado juego que el gobierno de Putin ha abierto, al respaldar la tiranía encabezada por Nicolás Maduro. A esto se suma la posibilidad de mejorar la defensa contra los ataques cibernéticos y tener apoyo contra la nueva amenaza que implica la presencia de militares rusos en la frontera.

En los nuevos tiempos, el reto de la Otan será recuperar su unidad para poder seguir salvaguardando la libertad, el patrimonio común y la civilización, fundados en los principios de democracia, libertad individual y la libre empresa.

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