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Los cerros invisibles

"El rescate de los cerros empieza por desmontar las invasiones, cumplir la sentencia que ordena el cierre de la minería ilegal e iniciar su rehabilitación ambiental. Lo que difícilmente se logrará si no se ejerce con firmeza la autoridad que es, junto con la indiferencia, el mayor vacío al que se han enfrentado Cristo Rey y las Tres Cruces en las últimas décadas".

4 de abril de 2012 Por:

"El rescate de los cerros empieza por desmontar las invasiones, cumplir la sentencia que ordena el cierre de la minería ilegal e iniciar su rehabilitación ambiental. Lo que difícilmente se logrará si no se ejerce con firmeza la autoridad que es, junto con la indiferencia, el mayor vacío al que se han enfrentado Cristo Rey y las Tres Cruces en las últimas décadas".

Al parecer, los cerros tutelares de Cali son invisibles para la mayoría de los caleños. Se sabe que están ahí, se miran de vez en cuando, pero pocas veces se ven. De sus problemas se ha oído por años, igual que de decisiones y soluciones que no se concretan. Ahora se abre otra vez la posibilidad de recuperarlos antes de que su deterioro produzca una tragedia que ya ha sido anunciada. Infortunadamente, las Tres Cruces y Cristo Rey ya no son los cerros majestuosos que dominaban el paisaje caleño sino ejemplos de depredación. La inmensa mayoría de quienes viven en esta ciudad sólo se acuerdan de ellos en Semana Santa, cuando lo convierten en escenario de un paseo festivo disfrazado de piadosa peregrinación.Los dos cerros son víctima de las invasiones que nadie se preocupó por detener a tiempo pese a las experiencias de Siloé o de Terrón Colorado. Junto con el Cerro de la Bandera padecen la minería ilegal que socava sus suelos y a la que nada detiene aunque la Justicia ordenó clausurar la actividad desde 1999. A las Tres Cruces no le cabe una antena más y la deforestación se ve desde lejos. Cristo Rey presenta en promedio 200 incendios forestales en cada verano, el 99% causados por acción del hombre. Y la inseguridad acecha en los caminos que llevan a sus cimas.Todo eso se da frente a la apatía de la mayoría de los caleños, de las administraciones municipales y de las autoridades ambientales que han pasado, han prometido su rescate y se han quedado en tímidos intentos. Como si no se entendiera que los cerros tutelares más que paisaje son símbolos de la ciudad, referentes de Cali, que necesitan y se merecen ser cuidados. Ahora se anuncia un nuevo proyecto para devolverles la vida a Cristo Rey y a las Tres Cruces, y para ponerles orden. Se busca recuperarlos como espacios verdes con áreas de protección ambiental y zonas públicas destinadas a la recreación y el esparcimiento de los caleños. El plan es ambicioso y demanda una inversión económica importante que no está aún definida. Así, su éxito dependerá de la capacidad para gestionar recursos, de convocar a la empresa privada y a las organizaciones ambientales alrededor de un objetivo común y de convencer a los caleños de que el esfuerzo será en vano si no le brindan su apoyo.El rescate de los cerros empieza por desmontar las invasiones, cumplir la sentencia que ordena el cierre de la minería ilegal e iniciar su rehabilitación ambiental. Lo que difícilmente se logrará si no se ejerce con firmeza la autoridad que es, junto con la indiferencia, el mayor vacío al que se han enfrentado Cristo Rey y las Tres Cruces en las últimas décadas.A los cerros hay que reconocerlos como símbolo de Cali, con el potencial que tienen y como un patrimonio natural y cultural que se les legará a las futuras generaciones. Su deterioro dice que la depredación y las promesas incumplidas o postergadas deben terminar. Si no se intervienen ya, el rescate se hará cada vez más difícil. La tarea es del Municipio, de las autoridades y de los ciudadanos que están llamados a asumir el compromiso de cuidar a Cristo Rey y las Tres Cruces.

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