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Los bosques de Colombia

"La pregunta es cómo, en medio del conflicto que ha creado el tráfico maldito, se pueden proteger los pocos bosques que quedan en el Pacífico colombiano, únicos en el mundo"

26 de febrero de 2011 Por:

"La pregunta es cómo, en medio del conflicto que ha creado el tráfico maldito, se pueden proteger los pocos bosques que quedan en el Pacífico colombiano, únicos en el mundo"

Colombia conoce la destrucción que produce el narcotráfico, sabe cómo promueve la muerte, destruye sociedades, arrasa con la institucionalidad. Ahora confirma sus efectos sobre su medio ambiente, al que le arrancó la mayoría de los 35.121 kilómetros cuadrados de bosques que desaparecieron en cinco años.Una investigación de la Universidad Stony Brook de Nueva York, liderada por la ambientalista colombiana Liliana Dávalos, confirmó que entre el 2002 y el 2007 se arrasaron áreas boscosas equivalentes a dos veces y medio la isla de Jamaica, casi toda para sembrar cultivos ilícitos. El análisis se hizo sobreponiendo a los mapas de la deforestación, los mapas de las zonas donde aumentaron los cultivos de coca. Sin sorpresa, se confirmaron sus coincidencias. El daño está hecho y va en aumento pese a los esfuerzos del Estado por combatir al narcotráfico y erradicar los cultivos ilícitos. Falta aún mucho para fortalecer las políticas sociales, con las cuales se podría evitar que comunidades enteras sólo encuentren en la siembra de coca, marihuana o amapola su posibilidad de sustento.El sur de Colombia es el más afectado, con 14.322 kilómetros cuadrados de bosques deforestados. Y le siguen los bosques andinos que han perdido 13.630 kilómetros cuadrados. Frente a esas cifras, parecen mínimos los 291 kilómetros cuadrados que se han destruido en el Pacífico. Pero son precisamente los que más preocupan a los investigadores por los efectos devastadores que tiene para uno de los ecosistemas más importantes del país. Es en el Pacífico donde se ha asentado con más fuerza el narcotráfico, haciendo de él su ruta preferida para el negocio de las drogas, convirtiendo a los departamentos de Nariño, Cauca, Valle y Chocó en escenario de sus sanguinarios enfrentamientos. La pregunta es cómo, en medio del conflicto que ha creado el tráfico maldito, se pueden proteger los pocos bosques que quedan, “únicos en el mundo” según Dávalos. Se trata de zonas con bosques “riquísimos e irremplazables, en donde la tasa de deforestación aumenta sin control”, a decir de la investigadora. En ellos hay especies animales y vegetales que no se encuentran en ninguna otra parte del planeta, producto del aislamiento natural que caracteriza a los bosques del Pacífico. El efecto mayor de la devastación la están recibiendo las comunidades asentadas en la zona, que se enfrentan con frecuencia ascendente a los derrumbes, las inundaciones y los desastres potenciados por la destrucción del medio ambiente.Colombia es indispensable para la salud ambiental del mundo. En su territorio está el 6% de los bosques del planeta, posee el mayor número de ecosistemas reunidos en un solo territorio. Pero, como dice Liliana Dávalos, “estamos jugando con fuego”. Por eso hay que defender ese invaluable patrimonio, reforestando y protegiendo zonas como el Pacífico. Así mismo, se necesita que el mundo reconozca su importancia en el equilibrio del medio ambiente, aportando acciones y recursos para defenderlos y combatir el narcotráfico, el mayor depredador de nuestros bosques.

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