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Las vacunas son la clave

Dos años después de la aparición del coronavirus, ya se sabe que la clave está en la vacuna que debe cubrir a toda la humanidad para que todos estemos seguros.

29 de noviembre de 2021 Por: Editorial .

Ómicron es la nueva variante del Covid-19 que causa preocupación en el mundo. Con ella ya son 30 las mutaciones descubiertas hasta ahora desde que el virus fuera detectado por primera vez hace dos años en la ciudad china de Wuhan. Y si bien se le debe poner atención y enfrentar, no puede cundir el pánico.

Como sucedió en su momento con variantes como Delta, surgida en la India, o la brasileña P1, apenas se analiza si Ómicron, cuyo origen se ubica en varios países del sur de África, es más contagiosa que las demás:
Pero no necesariamente más letal según lo manifestado por la Organización Mundial de la Salud. En todo caso la clave está en que si hay vacunación, el efecto es menor.

Lo que sí debe llamar la atención y ser objeto de discusión es cómo la desigualdad en la distribución de las vacunas puede estar contribuyendo a la aparición y expansión de Ómicron y de muchas variantes. Es bien sabido que mientras los países más ricos acaparan la producción de los inmunizantes, hay regiones como África donde solo el 7% de la población está vacunada, con casos extremos como los de Burundi, la República Democrática del Congo y Chad, en los que ni siquiera se ha llegado al 0,5 de los habitantes con la primera dosis.

Un recuento realizado por la Universidad de Oxford asegura que en los países más pobres apenas tres de cada cien personas han sido inmunizados. Incluso en Sudáfrica, donde hay mayor capacidad económica, la vacunación no cubre aún el 35% de su población.

Por ello la solución no está en volver a los aislamientos o a las restricciones en los ingresos como ya lo imponen la Unión Europea, Estados Unidos o Canadá para los viajeros provenientes de los países africanos en los que se ha detectado la Ómicron. Dos años después de la detección del coronavirus y de haberse decretado la pandemia, la humanidad padeció y ya sabe lo que esas limitaciones significan en términos económicos y sociales.

La respuesta está en proporcionar vacunas a todo el mundo para que se logre esa inmunidad colectiva y Colombia es ejemplo de ello. Hay que reconocer que es uno de los países con mayor cubrimiento contra el Covid-19: el 70% de su población ya cuenta con la primera dosis, el 50% tiene el esquema completo y avanza el tercer refuerzo, mientras las cifras de contagio y muerte bajan de manera sensible. Pero aún falta.

Aunque la aparición de las nuevas variantes causa preocupación, también es necesario aprender a convivir con el covid que llegó para quedarse, evitando especulaciones. No es momento para alarmismos que ocasionen reacciones como las de finales de la semana pasada cuando se conoció sobre la Ómicron, que afectaron los mercados internacionales, llevaron a la caída en los precios del petróleo y a una explosión de conjeturas apocalípticas. Ayer, todo comenzó a estabilizarse.

Dos años después de la aparición del coronavirus, ya se sabe que la clave está en la vacuna que debe cubrir a toda la humanidad para que todos estemos seguros. Vacunándonos, aplicando las medias de aseo, usando los tapabocas, nos defendemos todos. De lo contrario el riesgo seguirá cercano.

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