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La verdad de la tregua

"El mensaje no merecería mucha atención, de no ser por la comprobada intención de la guerrilla de usar la violencia para imponer sus abusos contra las libertades de los campesinos. Es que así, intimidando a quienes habitan el campo y aprovechando las dificultades para ofrecerles protección contra el chantaje de que son objeto, tratan de dar a entender que tienen territorio bajo su control, lo que debería tener repercusiones en el diálogo de La Habana, mostrando un falso poder de negociación".

19 de diciembre de 2013 Por:

"El mensaje no merecería mucha atención, de no ser por la comprobada intención de la guerrilla de usar la violencia para imponer sus abusos contra las libertades de los campesinos. Es que así, intimidando a quienes habitan el campo y aprovechando las dificultades para ofrecerles protección contra el chantaje de que son objeto, tratan de dar a entender que tienen territorio bajo su control, lo que debería tener repercusiones en el diálogo de La Habana, mostrando un falso poder de negociación".

En uno de sus ya acostumbrados desafíos, las Farc amenazaron a los habitantes de las comunidades ubicadas en la cordillera en el centro del Valle, y les fijaron horarios y condiciones para su movilización en la temporada de fin de año. Es otra de las sorpresas que los vallecaucanos, en especial los campesinos, se encuentran en la supuesta tregua unilateral decretada por el grupo armado ilegal.Antes de emitir su comunicado, los guerrilleros atravesaron en una carretera un camión cisterna cargado de explosivos, con lo cual impidieron el transporte hasta cuando, tres días después, las fuerzas de seguridad lograron desactivar la bomba y mover el vehículo. El daño a los agricultores de la zona, a sus productos y a su tranquilidad, es fácil de medir.El paso siguiente fue la amenaza. Como si tuvieran autoridad o ejercieran una jurisdicción, las Farc circularon entre los medios de comunicación un papel en el cual les fijan a los transportadores un horario, unas condiciones y unos requisitos para circular por la región comprendida entre los municipios de Tuluá, Bugalagrande, Andalucía, Sevilla y Buga. Y dan la orden terminante de “cumplir con la presente norma”, como si tal amenaza no pudiera ser discutida.El mensaje no merecería mucha atención, de no ser por la comprobada intención de la guerrilla de usar la violencia para imponer sus abusos contra las libertades de los campesinos. Es que así, intimidando a quienes habitan el campo y aprovechando las dificultades para ofrecerles protección contra el chantaje de que son objeto, tratan de dar a entender que tienen territorio bajo su control, lo que debería tener repercusiones en el diálogo de La Habana, mostrando un falso poder de negociación.Para eso sirve pues la tal tregua unilateral: para usar a los campesinos de regiones distantes de la Capital de la República como rehenes del terror; para crear zozobra con el fácil expediente de demostrar que están por encima de la Fuerza Pública y de las autoridades legítimas.Por eso hay que respaldar la decisión de instalar un Batallón de Alta Montaña que llegará a tener 1200 efectivos y será ubicado en Barragán, centro neurálgico de la zona amenazada. Eso es ejercer la soberanía que las Farc pretenden atribuirse, además de proteger a los campesinos de los abusos que por décadas han padecido a manos de los que hoy los quieren intimidarlos.Por lo demás, el comunicado de las Farc demuestra cuál es la verdadera intención de su tregua unilateral. Simplemente fijan prohibiciones y límites arbitrarios, a su capricho y sin legitimidad alguna. Y después consideran hostil cualquier incumplimiento, procediendo entonces a usar su violencia, justificada en el desconocimiento de sus dictámenes que realizan ciudadanos inermes como los campesinos de las montañas del centro y norte del Valle. O los servidores públicos que deben defender el imperio de la ley para todos los colombianos, sin distingo alguno.

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