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La reforma urgente

"Antes que a quienes ven la salud como un negocio o una oportunidad de enriquecimiento, a quienes hay que cumplirles es a los más de 40 millones de colombianos afiliados al sistema, muchos de los cuales, en especial los que no tienen acceso a la salud prepagada, sienten en carne propia la tragedia que ocasiona un sistema que hace agua hace cuatro año".

15 de marzo de 2013 Por:

"Antes que a quienes ven la salud como un negocio o una oportunidad de enriquecimiento, a quienes hay que cumplirles es a los más de 40 millones de colombianos afiliados al sistema, muchos de los cuales, en especial los que no tienen acceso a la salud prepagada, sienten en carne propia la tragedia que ocasiona un sistema que hace agua hace cuatro año".

Ayer, el presidente de la Cámara de Representantes le pidió al Ministro de Salud que presente ante el Congreso de la República el proyecto de reforma a la salud. Y que le agregue de una vez el mensaje de urgencia manifiesta que se usa para concentrar el esfuerzo legislativo en una iniciativa necesaria e impostergable. El ministro Alejandro Gaviria ya había presentado ante los medios de comunicación los lineamientos de la reforma que se ha venido estudiando al interior del Gobierno. A grandes rasgos, se trata de tomar decisiones para evitar la cantidad de intermediarios que existen entre el paciente y el momento en que el Estado cancela las obligaciones económicas generadas por su atención. De allí se desprende la propuesta de crear una gran entidad encargada de manejar todos los recursos económicos del sector, limitando la acción de las Empresas Prestadoras de Salud, EPS y la posibilidad de revivir la gestión directa de los entes territoriales en la cuidado a los enfermos.La propuesta también parece destinada a cerrar los huecos por donde se cuela la corrupción, llevando a que dineros que deben ir a atender la salud se dediquen a construir lujosos campos de golf, o clínicas que aumenten la integración vertical, lo que permite el manejo de la facturación, de los costos de las drogas y de las cuentas de cobro a Fosyga, que ha demostrado su ineficiencia crónica en el manejo de los recursos. Esa característica lo ha convertido en otro factor crítico en la desfinanciación del sistema, en especial de la red hospitalaria de carácter público que atiende a los afiliados al régimen subsidiado y ha sido presa fácil de muchas EPS que se escudan en los incumplimientos del Fosyga para no pagarles a los hospitales oficiales.También busca la reforma acabar con el increíble alud de las tutelas que a diario condenan al Estado a pagar tratamientos y fármacos para la atención de las enfermedades no incluidas en el Plan Obligatorio de Salud, conocidas como no POS. Y trata de buscar una salida al problema de los jueces que actúan como médicos, anunciando que serán muy pocas las enfermedades excluidas del Plan, para evitar entre otras cosas el desangre que causan las decenas de miles de tutelas que el Sistema debe atender cada año. Como estos ejemplos hay muchos casos más que han llevado a clamar por una reforma a la salud. Pero el principal motivo es la insatisfacción de los usuarios y afiliados, y los graves problemas que deben afrontar para que sus enfermedades sean atendidas en forma oportuna y como corresponde. Antes que a quienes ven la salud como un negocio o una oportunidad de enriquecimiento, a quienes hay que cumplirles es a los más de 40 millones de colombianos afiliados al sistema, muchos de los cuales, en especial los que no tienen acceso a la salud prepagada, sienten en carne propia la tragedia que ocasiona un sistema que hace agua hace cuatro años. Sin duda, la ley 100 de 1993 produjo beneficios para la Nación. Pero la situación actual no permite más demoras del Gobierno y el Congreso en la reforma y adecuación del sistema de salud a las realidades del país.

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