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La protesta de Hong Kong

"Los jóvenes de Hong Kong que protestan por la democracia quieren medir la capacidad de aguante del gobierno y esperan derrotarlo por cansancio, a medida que el distrito financiero se resiente. Para China eso sería un acontecimiento con tremendo impacto".

3 de octubre de 2014 Por:

"Los jóvenes de Hong Kong que protestan por la democracia quieren medir la capacidad de aguante del gobierno y esperan derrotarlo por cansancio, a medida que el distrito financiero se resiente. Para China eso sería un acontecimiento con tremendo impacto".

Hong Kong está en medio de la mayor oleada de protestas desde que regresó al dominio de China en 1997. Los activistas prodemocracia dicen que cumplirán su promesa de paralizar el distrito financiero de la ciudad (un centro de negocios clave para la región y el exterior) por medio de la desobediencia civil.El levantamiento popular Ocuppy Central está dirigido por estudiantes y busca garantizar plena libertad para elegir sin injerencias del gobierno chino sus autoridades. En este caso se trata del jefe ejecutivo de la ciudad, que Beijing pretende que salga de una lista de candidatos aprobados por el gobierno nacional. No hay que olvidar que Hong Kong fue un protectorado británico desde el Siglo XIX y que, por lo tanto, sus 7 millones y medio de habitantes están acostumbrados a una vida en democracia. Cuando la ciudad regresó al dominio de China en 1997, se llegó a un acuerdo en el que se prometió “un alto grado de autonomía” a Hong Kong de acuerdo con la fórmula “un país, dos sistemas”. Los estatutos de la ciudad o miniconstitución permitieron que conservara su propio sistema legal y financiero; Hong Kong goza de derechos civiles que no existen en la China continental, tales como un poder judicial independiente, libertad de prensa y el derecho de protesta. Pero no cuenta con sufragio universal, a lo que aspiran los manifestantes. Uno de sus líderes calificó la situación de la ciudad como la de una semidemocracia.La gente está harta y dispuesta a hacerse sentir contra el totalitarismo que pretende asfixiar sus libertades. Las encuestas muestran que la aprobación del gobierno ha caído, mientras la desconfianza ante el régimen chino en Beijing es la más alta desde la devolución. El descontento, especialmente entre los jóvenes, surge de la creciente brecha de riqueza y muchas personas resienten la llegada de visitantes chinos despilfarradores que agotan todos los bienes, desde apartamentos hasta fórmula láctea para bebés. Otra encuesta reveló que una de cada cinco personas consideraba emigrar.También hay grupos pro Beijing, quienes señalan que los activistas pondrán en peligro a su ciudad y provocarán el caos. Estos grupos han organizado sus mítines en contra de Occupy Central y lanzaron campañas publicitarias para exponer sus temores. Asimismo iniciaron manifestaciones que han aumentado la anarquía en la ciudad.Parece existir una lucha de paciencia. La protesta ha comenzado ahora, contra una elección que se realizará en el 2017. Los jóvenes quieren medir la capacidad de aguante del gobierno y esperan derrotarlo por cansancio, a medida que el distrito financiero se resiente. Para China eso sería un acontecimiento con tremendo impacto.El gobierno chino espera que los manifestantes se cansen y todo vuelva a sus cauces normales. Pero Hong Kong no es la China continental y su ciudadanía está suficientemente educada en la democracia como para persistir en sus demandas.Por ahora hay agitación e incertidumbre y la violencia está ausente. Pero hay peligro pues el régimen comunista no sabe qué es la tolerancia.

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