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La otra negociación

Todo da a entender que no se duplicarán esfuerzos para la negociación con respecto a lo que se ha desarrollado en Cuba. Por el contrario, se usarán varias de las figuras que se han venido creando en cuatro años, como el tribunal de justicia, en caso de que se llegue al acuerdo final con las Farc. Lo cual debe servir para agilizar las negociaciones con el ELN si sus dirigentes no vuelven a usar las estrategias dilatorias que desde siempre se han constituido en muralla que impide el consenso y la reincorporación de los integrantes de ese grupo armado a la sociedad.

31 de marzo de 2016 Por:

Todo da a entender que no se duplicarán esfuerzos para la negociación con respecto a lo que se ha desarrollado en Cuba. Por el contrario, se usarán varias de las figuras que se han venido creando en cuatro años, como el tribunal de justicia, en caso de que se llegue al acuerdo final con las Farc. Lo cual debe servir para agilizar las negociaciones con el ELN si sus dirigentes no vuelven a usar las estrategias dilatorias que desde siempre se han constituido en muralla que impide el consenso y la reincorporación de los integrantes de ese grupo armado a la sociedad.

En la capital de Venezuela, país sede de los jefes del ELN, se anunció la iniciación de la que el presidente Juan Manuel Santos denominó la fase pública de las conversaciones del gobierno con esa guerrilla. El aviso, que debería ser motivo de regocijo, despierta también escepticismos, producto de la historia de fracasos que desde 1974 han frustrado las intenciones de sucesivos Mandatarios. Por supuesto, hay que otorgar el beneficio de la duda, y pensar que esta vez sí será posible tener un avance cierto y no esa frustración que la actitud de los miembros del Comando Central han ocasionado a través de la historia reciente. La suya ha sido una actitud en la cual ha primado el uso de la crueldad y del terrorismo que destruye bienes públicos sin importar la cantidad de víctimas que dejan a su paso, sobre el propósito de hacerle bien a la sociedad. En Caracas, el delegado del Gobierno Nacional y el del grupo guerrillero leyeron el comunicado que debe tomarse como el anuncio oficial del inicio de las negociaciones. El acuerdo marco, que establece seis puntos de negociación, confirma muchas diferencias con el que se realiza en La Habana con las Farc, entre las que se destaca la promoción de “procesos de participación de la sociedad en las regiones”, según la alocución presidencial. Todo da a entender que no se duplicarán esfuerzos para la negociación con respecto a lo que se ha desarrollado en Cuba. Por el contrario, se usarán varias de las figuras que se han venido creando en cuatro años, como el tribunal de justicia, en caso de que se llegue al acuerdo final con las Farc. Lo cual debe servir para agilizar las negociaciones con el ELN si sus dirigentes no vuelven a usar las estrategias dilatorias que desde siempre se han constituido en muralla que impide el consenso y la reincorporación de los integrantes de ese grupo armado a la sociedad.Paralelo a esas gestiones se conoció la acusación formal de la Fiscalía General de la Nación contra esos dirigentes por múltiples actos de terrorismo, por crímenes de guerra y de lesa inmunidad. Lo cual implica empezar por suspender la actuación de la justicia, aunque el anuncio del Gobierno no habla de parar las acciones de la Fuerza Pública contra el ELN. Dentro de los puntos acordados se incluye la definición de Ecuador como sede principal de los diálogos y la posibilidad de realizar negociaciones en Venezuela, Brasil, Cuba y Chile, todos ellos países que junto con Noruega serán facilitadores del proceso. Llama la atención que no se realicen en una sola sede. Y como ocurrió en el acuerdo con las Farc, se permitirán declaraciones, aunque guardando la reserva sobre los puntos que acuerden los negociadores. A grandes rasgos puede decirse que hay un inicio formal de una negociación que según lo definió el Presidente Santos, terminará con la guerrilla en Colombia y consolidará los esfuerzos por conseguir el bien supremo de la paz. Pueda ser que el ELN se empeñe en buscar ese logro, evitando las dilaciones que le restan credibilidad al esfuerzo y, como ha ocurrido con las Farc, aumentan el escepticismo entre los colombianos.

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