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La mala hora de Venezuela

"El desfile de funcionarios con brazaletes y el lenguaje partidista y amenazador usado por ellos, desde el vicepresidente Nicolás Maduro para abajo y pasando por Generales que deberían ser garantes de la neutralidad, fue la notificación de lo que se preparaba para perpetuar el régimen chavista en el poder".

10 de marzo de 2013 Por:

"El desfile de funcionarios con brazaletes y el lenguaje partidista y amenazador usado por ellos, desde el vicepresidente Nicolás Maduro para abajo y pasando por Generales que deberían ser garantes de la neutralidad, fue la notificación de lo que se preparaba para perpetuar el régimen chavista en el poder".

En medio del homenaje que el pueblo venezolano le rinde a su presidente Hugo Chávez, y de los honores que le fueron ofrecidos por los jefes de Estado y de Gobierno presentes en Caracas, el partido que él fundo aprovechó la ocasión para dar otro golpe de Estado a la Constitución que el caudillo proclamó en el 2001. Es la notificación de la forma en que se cerrarán aún más los espacios para una democracia limpia capaz de superar la división social causada por el régimen. El enorme despliegue que ha acompañado los homenajes a Chávez es la expresión de afecto más grande que se haya registrado en Venezuela y el resto de América Latina. Millones de personas han salido a la calle a expresar su dolor y sus condolencias por la muerte de quien, sin duda alguna, cambió para siempre la política y el gobierno en su Nación. Y decenas de países se han hecho presentes para rendir un homenaje de despedida a quien fue autor y partícipe de muchas transformaciones en las relaciones de los países americanos. Pero detrás del despliegue hay mucho más que una expresión de dolor y solidaridad. El desfile de funcionarios con brazaletes y el lenguaje partidista y amenazador usado por ellos, desde el vicepresidente Nicolás Maduro para abajo y pasando por Generales que deberían ser garantes de la neutralidad, fue la notificación de lo que se preparaba para perpetuar el régimen chavista en el poder. Lo cual fue confirmado cuando el Tribunal Supremo de Justicia expidió una sentencia en la cual le otorgó visos de legalidad a las aspiraciones del Vicepresidente Ejecutivo para asumir la presidencia, citar a elecciones y participar en ellas. Es el mismo Supremo que antes le había torcido el cuello a la Constitución venezolana, al establecer que no era necesaria la posesión de Hugo Chávez para ejercer el período al cual fue elegido, a pesar de su incapacidad que fue cubierta con mentiras. Con ello permitió la continuidad ilegal del mismo Maduro en la Vicepresidencia. Ahora, y coincidiendo con los funerales, autoriza que el funcionario con credenciales no legítimas participe en un nuevo certamen, completando así el golpe a la Carta Máxima que Chávez hizo aprobar hace 12 años. En un acto de valor que se debe destacar, el gobernador del estado Miranda, Henrique Capriles Radonsky, denunció las maniobras de quienes están haciendo uso del Estado para legitimar lo que a todas luces es una maniobra para imponer a Maduro como presidente de Venezuela, revistiéndola de formalismos con los cuales se disimularán los abusos de poder de un régimen que desconoce la esencia de una verdadera democracia.Malas horas le esperan a Venezuela si se consuma lo que el chavismo encabezado por Maduro y las Fuerzas Militares han urdido para quedarse con el Gobierno. Ya la idea de ampliar los funerales de Chávez a siete días muestra a las claras que su cadáver será usado para encabezar la campaña de 30 días que culminará con la elección de un nuevo presidente. Con lo cual no se resolverán las crisis política y económica pero si se profundizarán la división de la sociedad y las ambiciones totalitarias de los militares y los herederos de Hugo Chávez Frías.

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