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La Ley del cine

Es claro que la ley no está dirigida a proyectos fílmicos pequeños, lo cual en sí mismo no es malo si se quiere apuntar al desarrollo de una verdadera industria cinematográfica como lo dejó entrever el Presidente al sancionarla.

14 de julio de 2012 Por:

Es claro que la ley no está dirigida a proyectos fílmicos pequeños, lo cual en sí mismo no es malo si se quiere apuntar al desarrollo de una verdadera industria cinematográfica como lo dejó entrever el Presidente al sancionarla.

El cine hecho en Colombia quiere crecer, convertirse en mayor de edad. En resumen es lo que plantea la Ley de Fomento a la Actividad Cinematográfica sancionada por el Presidente de la República, que genera incentivos para las producciones nacionales y busca convencer a los realizadores internacionales para que vean al país como una opción atractiva para filmar. La expectativa está creada, ahora hay que hacer que lo escrito en el papel se convierta en realidad y se desarrolle una verdadera industria nacional. Colombia no ha sido precisamente la meca del cine en Latinoamérica. Pero ha tenido periodos importantes de producción fílmica desde que a finales de los años 60 aparecieron en la escena nombres de documentalistas como Carlos Mayolo, Luis Ospina, Andrés Caicedo y Óscar Campo. En los últimos 20 años la producción nacional ha ido en crecimiento, desde aquella ‘Estrategia del Caracol’ realizada por Sergio Cabrera, que marcó el renacer de la industria nacional, hasta llegar a la última década, el periódico más productivo de toda la historia de la cinematografía colombiana gracias a jóvenes talentos que han arañado los recursos para hacer cine de buena calidad. Si en 1993 se estrenaron dos películas nacionales frente a 274 extranjeras, en el 2011 se proyectaron 18 producciones locales y 189 internacionales. Que el 10% del cine presentado en las salas del país sea hecho en Colombia es un indicador importante del crecimiento de la industria filmográfica. Ahora, con la sancionada Ley 1556 de 2012, se espera que ese porcentaje sea mayor, que con los recursos apropiados se fomente la actividad cinematográfica y además se atraiga a los realizadores internacionales. Así, Colombia entra en el selecto grupo de 17 países que ofrecen una legislación especial para los productores de cine.Contar con incentivos económicos como el retorno hasta del 40% de los recursos invertidos en la realización y hasta el 20% de los gastos de hospedaje, alimentación y transporte, así como obtener exenciones tributarias para quienes inviertan en proyectos fílmicos hechos en Colombia, sin duda suena atractivo para la industria. El fondo de $25.000 millones que se creará garantiza los recursos necesarios para los próximos 10 años. La condición para acceder a los beneficios es que los servicios sean contratados con empresas colombianas y que la inversión sea de mínimo 1.800 salarios mensuales, unos mil millones de pesos. Es claro que la ley no está dirigida a proyectos fílmicos pequeños, lo cual en sí mismo no es malo si se quiere apuntar al desarrollo de una verdadera industria cinematográfica como lo dejó entrever el Presidente al sancionarla. La pregunta es si basta con otorgar unos incentivos económicos para fomentar la actividad fílmográfica y hacer que el mundo del cine vire sus ojos hacia Colombia. O si está el país preparado para ser competitivo y ofrecer toda la cadena de producción cinematográfica. Las intenciones son las mejores y es un buen comienzo. Ahora, habrá que pasar del papel a las acciones, para que esos 4.000 empleos y los US$40 millones que se esperan generar en 10 años se hagan realidad.

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