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La juventud elige

Por ello, puede significar una bocanada de oxígeno para una actividad crucial en los destinos del país, lo cual obliga a reclamar un cuidado especial que evite la repetición de las prácticas y vicios clientelistas que tanto daño le están causando a la representación popular en Colombia.

5 de diciembre de 2021 Por: Editorial .

Hoy se realizarán las elecciones de los Consejos Municipales de Juventud, un intento por ampliar la democracia representativa en Colombia. Será la oportunidad para vincular a la actividad política a quienes son el futuro de la Nación y de nuestras instituciones.

El asunto es mucho más que un juego simbólico sin consecuencias. Es ante todo la creación de nuevas entidades territoriales en los 1.097 municipios del país, mecanismos de concertación, participación, vigilancia y control dirigidos a establecer un vínculo directo con los jóvenes, representados por quienes sean elegidos.

Dada su característica de representar a la juventud, en esas elecciones podrán participar con su voto las personas entre los 14 y los 28 años de edad inscritos en el censo electoral en las 20.000 mesas distribuidas en todo el territorio nacional. Dos jurados de cada mesa serán jóvenes y dos más provendrán de las instituciones educativas, lo que da idea del interés pedagógico que tiene el certamen electoral.

En la convocatoria podrán participar doce millones de jóvenes, y ya se han registrado 7900 listas de aspirantes con 42.000 candidatos inscritos en lo que será la primera elección paritaria entre hombres y mujeres. La concertación, la veeduría ciudadana, la elaboración de sus propios reglamentos y de su hoja de trabajo serán algunas de las labores que deberán cumplir esos Consejos, en lo que se supone debe ser un trabajo estrecho con los gobiernos locales.

Como puede observarse, será el primer gran experimento para canalizar la participación política de un amplio sector de la población que debe ser escuchada. Con ello se pretende ampliar los canales de participación democrática a sectores que en el pasado reciente expresaron sus inconformidades en las calles, reclamando que fueran escuchadas sus peticiones y que les permitieran participar en la vida institucional.

Es pues un intento novedoso que debe ser acompañado con atención, en momentos en los cuales la actividad política atraviesa por serios cuestionamientos. Por ello, puede significar una bocanada de oxígeno para una actividad crucial en los destinos del país, lo cual obliga a reclamar un cuidado especial que evite la repetición de las prácticas y vicios clientelistas que tanto daño le están causando a la representación popular en Colombia.

De ello depende en gran parte que se revitalice la cultura política, cada vez más distante de las realidades que viven los colombianos y de las soluciones que demanda una nación necesitada de transformaciones en la relación del estado con los ciudadanos que le dan vida. Por ello, y aunque exista un marcado escepticismo sobre lo que pueda aportar la creación de los Consejos de Juventud, o sobre la participación en las elecciones que se llevarán a cabo hoy, es de esperar que el proceso sea rodeado del interés y el apoyo que se requiere para que la iniciativa tenga el éxito que se espera.

La convocatoria de hoy puede servir para impulsar la participación de sectores nacionales interesados en la política como actividad noble que beneficia a toda la sociedad. Por ello hay que respaldarla.

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