El pais
SUSCRÍBETE

La fuerza de la juventud

Se calcula que hay 27 millones de jóvenes viviendo fuera de sus países y que la mayoría de ellos entiende mucho más de diferencias, de esfuerzos para lograr las metas, de respeto y de convivencia, justo lo que la humanidad necesita hoy para vivir en armonía.

10 de agosto de 2013 Por:

Se calcula que hay 27 millones de jóvenes viviendo fuera de sus países y que la mayoría de ellos entiende mucho más de diferencias, de esfuerzos para lograr las metas, de respeto y de convivencia, justo lo que la humanidad necesita hoy para vivir en armonía.

Ciudadanos del mundo, así son los jóvenes de hoy para quienes las fronteras territoriales apenas existen en los mapas. De la mano de la tecnología y los avances en las comunicaciones conocen cada rincón del planeta y tienen la posibilidad de llegar al lugar que quieran incluso sin moverse de donde están. En ellos está la esperanza de unir a la humanidad más allá de sus diferencias y de que el desarrollo llegue junto con oportunidades para todos.El próximo lunes se celebra el Día Internacional de la Juventud, una fecha que permite reflexionar sobre el papel que desempeñan en la sociedad actual quienes están entre los 15 y los 24 años de edad, así como sus necesidades, los retos que plantean para los Estados y el aporte que hacen a las comunidades donde viven. Son 1.200 millones, una quinta parte de la población global, que hoy ven un mundo colmado de posibilidades, muchas inalcanzables a pesar de sus capacidades. No es extraño por eso que, impulsados sobre todo por la globalización y lo que les muestran las comunicaciones digitales, miles emigren en busca de oportunidades que les permitan ampliar sus conocimientos, desplegar sus talentos, tener una mejor calidad de vida para sí mismos y sus familias o simplemente ‘vivir’ el mundo. A ellos, a los jóvenes migrantes, está dedicado este Año de la Juventud en el que se quiere crear conciencia de la importancia que tienen tanto para el desarrollo de sus países como para aquellos que los reciben. Sobre todo en cómo constituyen una fuerza especial para acercar a las sociedades, que cuentan con el potencial necesario para propiciar los diálogos interculturales y para acortar las distancias entre aquellos a quienes los separan sus religiones, razas o ideologías. Se calcula que hay 27 millones de jóvenes viviendo fuera de sus países y que la mayoría de ellos entiende mucho más de diferencias, de esfuerzos para lograr las metas, de respeto y de convivencia, justo lo que la humanidad necesita hoy para vivir en armonía.Esa realidad exige a los Estados comprender la importancia que tiene la juventud migrante tanto para sus países de origen como para las naciones receptoras, así como ser más solidarios y cooperadores con ellos como constructora de un futuro mejor. La directora general de la Unesco, Irina Bokova, lo resume bien: “Para liberar el potencial que encierran los jóvenes migrantes, debemos considerarlos como socios de primera línea”. Así lo deberían ver por ejemplo quienes tienen en Estados Unidos la potestad de aprobar leyes como el Dream Act, con la que se busca legalizar la situación de estudiantes indocumentados que llegaron hace años al país, son buenos académicamente y le hacen un aporte positivo a ese país. A tomar conciencia y a no dilatar decisiones como esta es a lo que se refiere Irina Bokova cuando les pide a los Estados que reciben a los jóvenes inmigrantes “aunar esfuerzos para hacer de esta considerable energía una fuerza y una base para la paz, el respeto de los derechos de las personas y el desarrollo de las naciones”.

AHORA EN Editorial