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La estabilidad alemana

El nuevo mandato le permitirá a Alemania mantenerse al frente de la unidad europea y avanzar en su propia búsqueda de bienestar, una vez despejado el futuro de la moneda única y a pesar del resquebrajamiento de la Unión Europea.

23 de septiembre de 2013 Por:

El nuevo mandato le permitirá a Alemania mantenerse al frente de la unidad europea y avanzar en su propia búsqueda de bienestar, una vez despejado el futuro de la moneda única y a pesar del resquebrajamiento de la Unión Europea.

La Canciller Ángela Merkel pareció alcanzar una victoria abrumadora en las elecciones celebradas ayer. Es el reconocimiento a su papel de líder que ha mantenido a Alemania por fuera de la crisis y definió con mano certera la recuperación de Europa.A pesar de que se trata hasta ahora de proyecciones de encuestas a boca de urna realizadas por los medios alemanes, ya Merkel agradeció el “fantástico triunfo” y sus rivales reconocieron la derrota. Con cerca del 43% de los votos y a pocos escaños de lo que sería una sorpresiva mayoría absoluta, todavía quedan cosas por dilucidar en el equilibrio de fuerzas políticas del venidero Bundestag.Para el resto de Europa el tema fundamental es la recuperación económica y esta depende en gran medida de cómo Merkel abordará la siguiente etapa de la crisis. Lo que dependerá en buena parte de la nueva coalición de gobierno que se forme, ya que el liberalismo alemán, socio de Merkel en el actual gobierno, no salió bien librado en las urnas.El partido liberal en Alemania ha sido parte del gobierno en 17 oportunidades de las 22 que han existido en la posguerra y parece acusar “cansancio burocrático”. Y la ciudadanía le ha cobrado el carácter oportunista de ser una formación que acostumbra colocarse bajo la sombra del árbol más frondoso. De allí que comience a especularse con la formación de una “Gran Coalición” que integrarían demócratas cristianos y socialdemócratas. Otros partidos de importancia, como los Verdes y el antiguo Partido Comunista, si bien mantuvieron su presencia, no están en condiciones de incidir en el futuro próximo de la política alemana.Pero lo más relevantes es, sin duda, la victoria de Merkel. Pese a su importancia, la Canciller alemana es una política excepcionalmente privada y reservada, sin exhibicionismos o grandilocuencias. Incluso para los alemanes es una mujer difícil de conocer, pese a que llevan con ella al frente del gobierno ocho años y acaban de darle un mandato de otros cuatro, que de cumplir a cabalidad, la convertirá en la europea que más ha permanecido en el poder, superando a la británica Margaret Thatcher.Los alemanes han sido seducidos por la firmeza tranquila de Merkel, quien no ha vacilado en sacrificar popularidad para mantener vigente el rumbo que le ha permitido a Europa comenzar a superar la grave crisis económica, a pesar de las angustias que ha significado para Grecia, España, e incluso Italia. El nuevo mandato le permitirá a Alemania mantenerse al frente de la unidad europea y avanzar en su propia búsqueda de bienestar, una vez despejado el futuro de la moneda única y a pesar del resquebrajamiento de la Unión Europea.Ángela Merkel, quien posee un título profesional en química cuántica y procede de la desaparecida Alemania Oriental, está destinada a convertirse en uno de los principales líderes políticos del mundo. Para Alemania y para Europa, la tranquilidad y firmeza que irradia la líder alemana, defensora de la estabilidad monetaria y de los métodos clásicos para enfrentar las crisis económica, son garantía de que la estabilidad prometida a sus ciudadanos continuará vigente por varios años más.

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