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La esperanza de Mercosur

"...la secretaria Mejía ha expresado con claridad el giro que pretenden darle a Unasur tanto ella como los países que la designaron. Atrás parecen quedar las épocas en las que el Presidente de Venezuela y sus aliados del Alba pretendieron usarla para confrontar a los Estados Unidos antes que para generar la alianza de Suramérica".

11 de mayo de 2011 Por:

"...la secretaria Mejía ha expresado con claridad el giro que pretenden darle a Unasur tanto ella como los países que la designaron. Atrás parecen quedar las épocas en las que el Presidente de Venezuela y sus aliados del Alba pretendieron usarla para confrontar a los Estados Unidos antes que para generar la alianza de Suramérica".

Luego de superar múltiples obstáculos que le quitaron credibilidad y la pusieron al borde de su ineficacia, la Unión de Naciones de América del Sur, Unasur, tiene ya una cabeza visible, que reemplaza al desaparecido Néstor Kirchner. Ahora, los esfuerzos de la nueva secretaria general, la excanciller colombiana María Emma Mejía, deberán dirigirse a consolidar la ambiciosa propuesta de conformar a Suramérica como una unidad con capacidad para incidir en el escenario internacional.Aunque parezca insólito, Suramérica ha sido pionero en la búsqueda de la integración regional. Desde el Congreso Anfictiónico de Pamamá, en 1826, la idea de la unión entre los países iberoamericanos que lanzó el libertador Simón Bolívar en su carta de Jamaica de 1815 ha sido una constante. Y en la segunda mitad del Siglo XX aparecieron el Pacto Andino y Mercosur como mecanismos de integración económica entre las dos regiones del subcontinente. Si bien ellos no han logrado culminar la esperada unión, esos son esfuerzos que deben citarse como antecedentes necesarios a Unasur. Es que en todos ellos se ha expresado la necesidad de tener una sola voz que refleje el pensamiento de Suramérica y sea capaz de deslindarse del peso y la gran influencia que significa el tener como vecino en el continente a los Estados Unidos, la mayor potencia del mundo. Por eso, cuando se habló de la Unión el problema no fue conseguir un consenso para constituirla sino ponerse de acuerdo sobre su funcionamiento. La demora en escoger el primer secretario general fue la expresión fehaciente de esa dificultad.En sus últimas entrevistas, la secretaria Mejía ha expresado con claridad el giro que pretenden darle a la organización tanto ella como los países que la designaron. Atrás parecen quedar las épocas en las que el Presidente de Venezuela y sus aliados del Alba pretendieron usarla para confrontar a los Estados Unidos antes que para generar la alianza de Suramérica. Y para poner contra la pared a Colombia y de paso convertir a la Unión en punto de discordia, en lugar de consolidarla como el escenario propicio para impulsar una alianza que le otorgue al subcontinente el espacio que merece en el cada vez más complejo e integrado mundo moderno. Es de celebrar entonces que el camino abierto por el expresidente argentino como facilitador de la integración tenga una continuidad. Ahora, y luego de que el pasado marzo entrara en vigencia el tratado que le dio vida a Unasur, empieza su vida formal. La doctora María Emma tiene suficientes antecedentes como diplomática y como líder en esas tareas, lo que permite pensar que ya se han superado los momentos en que el presidente Hugo Chávez usaba a Unasur para tratar de imponer sus puntos de vista, el más importante de los cuales parecía ser la satanización de Colombia y de su gobierno. Con esos antecedentes se inicia el trabajo de la Secretaria General que el pasado lunes se posesionó ante el presidente titular de Unasur, el Mandatario de Guyana. De las doce naciones depende en adelante que Suramérica se gane el espacio que merece por su importancia, por su diversidad y por su gente.

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