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La decisión de Argentina

Aunque sin la enorme distancia que esperaba, Jaime Fernández del kirchnerismo ganó las elecciones para presidente de Argentina.

28 de octubre de 2019 Por: Editorial .

Aunque sin la enorme distancia que esperaba, Jaime Fernández del kirchnerismo ganó las elecciones para presidente de Argentina. Y si bien muchos en el peronismo esperan la revancha, el regreso al populismo y el amparo a la corrupción que cometieron durante los dieciséis años que la familia Kirchner detentó el poder casi absoluto, su país es otro, con problemas tan graves que demandan la unión para poder superarlos.

El gran derrotado fue Mauricio Macri, el presidente que llegó hace cuatro años trayendo la esperanza del cambio para superar la crisis que dejaban el populismo y el derroche de sus antecesores. Sus esfuerzos por imponer unas reformas económicas de corte neoliberal fracasaron, acercando a la Argentina de nuevo al abismo de la quiebra y llevándola ante el Fondo Monetario Internacional para conseguir los recursos financieros y el respaldo que evitara el default.

Fue un intento por cambiar la política argentina, desprestigiada por los años que se fue degradando en manos del clientelismo, el despilfarro y la mentira que se implantó con la llegada del Socialismo Siglo XXI del cual Néstor y su esposa fueron adalides de primer orden. En ese aspecto algo logró Macri al rechazar las prácticas tradicionales, producto de lo cual la derrota se redujo a un margen de menos del 12%, lo cual lo sitúa como protagonista del futuro en su país.

Es tan grave la situación que no bien terminadas las elecciones se habla ya de unión. De dejar atrás el pasado y de trabajar en conjunto para alejar los fantasmas que se ciernen sobre Argentina. Por ello, la reunión de ayer entre los presidentes saliente y electo fue un llamado a trabajar de la mano en la transición, sin que ello implique limitar las responsabilidades y las obligaciones de Macri hasta el final de su mandato.

De lo conocido hasta ahora se puede vislumbrar que Fernández no caerá en las presiones del kirchnerismo, el peronismo y el populismo extremo, así haya hecho elegir como su vicepresidenta a Cristina, quien responde ante la Justicia en más de diez procesos por corrupción y enriquecimiento ilícito durante su larga temporada en la Casa Rosada. Y que no se producirá el desconocimiento del poder judicial que reclaman los partidarios de la expresidenta y de su difunto marido.

Se espera sí un cambio en cosas como el retiro de Argentina del grupo de Lima que no reconoce a Nicolás Maduro como presidente de Venezuela, y un traslado al grupo de Montevideo que pide una transición negociada en nuestro vecino. Así mismo, conociendo la experiencia y el estilo del nuevo mandatario, se espera que no haya rompimientos abruptos ni choques, aunque sí se producirán virajes hacia la izquierda en la orientación del país.

Esa fue la decisión de las mayorías en Argentina, amenazada por una crisis social y económica de grandes proporciones. Lo que va quedando claro es que su política experimentará cambios con Macri y su partido Cambiemos como grandes protagonistas de una oposición necesaria para crear un nuevo balance que pueda impedir el totalitarismo populista del pasado y evitar los errores que se cometieron en su gobierno.

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