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La crisis que no da espera

"Ya no es el momento para aplicar paños de agua tibia, sino para tomar las decisiones que se han venido aplazando por años: reformar el Sistema, hablar con sinceridad y definir los límites hasta los cuales puede llegar para atender la salud de los colombianos".

4 de septiembre de 2016 Por:

"Ya no es el momento para aplicar paños de agua tibia, sino para tomar las decisiones que se han venido aplazando por años: reformar el Sistema, hablar con sinceridad y definir los límites hasta los cuales puede llegar para atender la salud de los colombianos".

En medio de los temas que capturan la atención del país, la crisis del sistema de Salud y la necesidad de reformas para detenerla no parece tener el espacio que merece. Pero el déficit crece y son los usuarios los más afectados por un problema que reclama soluciones de fondo. En un llamado que debería causar alarma, la asociación de Clínicas y Hospitales reportó que la deuda del Sistema a diciembre 31 de 2015 ascendió a $6,1 billones, cifra superior en casi un billón con respecto al 31 de diciembre de 2014. Es decir, un crecimiento del 20%, que proviene de las EPS del régimen contributivo, que adeuda $2,4 billones, del subsidiado que debe $2 billones, de los entes territoriales con $600 mil millones y de las entidades intervenidas como Saludcoop, que asciende a $2 billones. El informe también denuncia que la cartera en mora supera en todos los casos los 60 días, lo que hace calificarla como de dudoso recaudo. Y si bien la Asociación advierte que son las EPS las mayores deudoras, hace un llamado de alerta sobre el impacto que está teniendo el incumplimiento sistemático de Cafesalud, la entidad que designó el Ministerio de Salud para atender a los cuatro millones de usuarios de Saludcoop.Ese cambio, está causando serios traumatismos en la atención a los afiliados. Lo sucedido con los niños enfermos de cáncer en Cali a quienes se les suspendió la atención por el incumplimiento de Cafesalud da una idea de los límites a los cuales está llegando el sistema. Es un mecanismo idealizado, que en teoría ofrece hoy una cobertura en medicina al 98% de la población colombiana, pero que en la práctica se está quedando sin posibilidades de cumplir esa promesa, así se usen tutelas o se produzcan órdenes perentorias. Lo que está sucediendo puede describirse como un riesgo de infarto causado por la anemia financiera que sufre el paciente. Y es más preocupante aún cuando se cruza con las dificultades fiscales que padece la Nación, que obligan a recortar el Gasto e impiden la inyección de recursos con las cuales se solucionaba el problema en el pasado inmediato.Sin duda, el Ministro de Salud ha realizado grandes esfuerzos por tratar de enderezar el grave problema que heredó. Hoy el Sistema está desfinanciado, desbalanceado y afectado por el desgreño administrativo, la manipulación política y clientelista y la falta de controles oportunos que impidan desastres como el de Saludcoop, a la espera de un pronunciamiento de la Justicia por los casos de corrupción y enriquecimiento denunciados. Con un crecimiento en el déficit como el que se ha denunciado, y una tendencia a aumentar, la situación no es para darle más largas. Y entendiendo que el interés está hoy en la negociación de paz y luego se concentrará en la reforma tributaria, es necesario hacer un llamado para que se empiece a resolver la crisis estructural y crónica de la salud en Colombia. Ya no es el momento para aplicar paños de agua tibia, sino para tomar las decisiones que se han venido aplazando por años: reformar el Sistema, hablar con sinceridad y definir los límites hasta los cuales puede llegar para atender la salud de los colombianos.

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