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La crisis del América

"...la situación del América superó ya el ámbito de deudas impagas, para reflejar los entuertos causados por la laxitud de la Dimayor y de las autoridades deportivas en el manejo del fútbol colombiano".

27 de enero de 2011 Por:

"...la situación del América superó ya el ámbito de deudas impagas, para reflejar los entuertos causados por la laxitud de la Dimayor y de las autoridades deportivas en el manejo del fútbol colombiano".

La situación agónica del América de Cali al no poder inscribir nuevos jugadores para el torneo profesional colombiano mientras no cancele sus obligaciones, es un golpe enorme a una de las instituciones deportivas de mayor arraigo en Cali. Y muestra la crisis por la que atraviesa el fútbol profesional colombiano, a la espera de correctivos para rescatarlo de su innegable decadencia.Ochenta y cuatro años han pasado desde que se fundó la institución que con el paso del tiempo se convertiría en símbolo del sentimiento popular noble, que se congrega en todo el mundo alrededor de sus equipos de fútbol. Durante muchos años, “la mechita”, como fue calificada con cariño, expresó alegrías y tristezas, triunfos y derrotas, que la dejaron grabada en el alma de muchos caleños. Así construyó una historia que refleja una parte importante del alma caleña. Eso le ha permitido sobreponerse incluso a los amargos momentos que ha debido soportar por la llegada del narcotráfico que dirigió sus destinos, manchando con inyecciones de dineros de dudoso origen y con triunfos discutibles la que debió ser una hoja limpia e intachable, construida con el sudor y el esfuerzo de sus integrantes y el respaldo de sus partidarios. En el último año, la constitución de la sociedad Nueva América parecía ser el camino para acabar estigmas como estar incluida en la llamada Lista Clinton que le impide cualquier actividad o seguir bajo el yugo de personas que la explotaron para sus propios bolsillos.Así nació el Nuevo América, nombre con el cual se pretendió superar los problemas creados por la antigua corporación. Hoy se hace notorio que tal solución no es clara. Por el contrario, se desconoce quién es el verdadero propietario del derecho que otorga la División Mayor del Fútbol colombiano o cuál es el pasivo real de la entidad. Así, mientras la Dimayor autoriza al Nuevo América a participar en el campeonato, sólo reconoce a la vieja Corporación la titularidad de los derechos deportivos. Y, más grave aún, los dineros generados por la venta de pases en el exterior se entregan a personajes ajenos al equipo, mientras éste es sancionado por no pagar sus obligaciones laborales.Como puede verse, la situación del América superó ya el ámbito de deudas impagas, para reflejar los entuertos causados por la laxitud de la Dimayor y de las autoridades deportivas en el manejo del fútbol colombiano. Y aunque a ello ha contribuido la mala gestión de quienes están al frente del equipo, es indudable que ese comportamiento de las autoridades nacionales y de la rectora del fútbol está en el epicentro de la crisis.Por supuesto, el asunto no se resolverá con declaraciones y comunicados en los cuales se traslada la responsabilidad de unos a otros. Lo real hoy es que el América está en la incertidumbre, y que otros equipos colombianos están transitando el mismo camino tortuoso. Y que, de concretarse tal amenaza, por lo menos la mitad de Cali así como muchos vallecaucanos y colombianos recibirán la triste e infausta noticia de que la divisa que tantas alegrías y no pocas tristezas les proporcionó, dejará de existir.

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