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La caída del petróleo

Después de un período de estabilidad que llevó el precio del barril hasta 115 dólares en junio pasado la tendencia es a bajar, entre los 70 y 90 dólares, lo que introduce nuevas y profundas variables en el mercado del petróleo y en la geopolítica.

17 de noviembre de 2014 Por:

Después de un período de estabilidad que llevó el precio del barril hasta 115 dólares en junio pasado la tendencia es a bajar, entre los 70 y 90 dólares, lo que introduce nuevas y profundas variables en el mercado del petróleo y en la geopolítica.

Esta semana el petróleo cayó a US$77,92 por barril, su nivel más bajo en los últimos cuatro años. La continuada caída puede explicarse por el exceso de oferta y la falta de acuerdo de la Organización de Países Exportadores de Petróleo, Opep, para restringir el suministro.Este jueves también se hizo público que las reservas bajaron en 1,7 millones de barriles, en contraste con el incremento que se esperaba.Después de un período de estabilidad que llevó el precio del barril hasta 115 dólares en junio pasado la tendencia es a bajar, entre los 70 y 90 dólares, lo que introduce nuevas y profundas variables en el mercado del petróleo y en la geopolítica.Entre las más notables está el cambio de fuerzas en el escenario mundial, donde países como Rusia, Irán o Venezuela, golpeados por crisis diplomáticas y complejas situaciones económicas internas, pierden influencia global.Esta nueva realidad afecta principalmente a los países más agresivos. Rusia tendrá que pensarlo antes de continuar con su expansión antieuropea en Ucrania. Irán perderá fondos importantes para avanzar en su programa de expansión nuclear, y Venezuela tendrá grandes dificultades para mantener el populismo político en Latinoamérica y el Caribe.Estas tres naciones verán profundizados sus problemas internos, prevalidas, como lo estaban de las casi inagotables reservas de combustible fósil.Pero los altos precios del petróleo hicieron posible la explotación de pozos que exigían técnicas costosas, como la usada en aguas profundas o la fractura hidráulica (fracking). Gracias a eso, Estados Unidos pudo aumentar su producción de petróleo a un ritmo anual de entre 1,2 y 1,4 millones de barriles diarios desde 2011, lo que le permitió avanzar mucho hacia la autosuficiencia energética y convertirse en el productor bisagra, aquel que dicta el rumbo del mercado.De esta forma, los productores no asociados a la Opep, han sido capaces de cubrir el aumento de la demanda global, lo que ha diluido considerablemente la influencia de esa organización, entre cuyos miembros se encuentran Arabia Saudita, Irán, Venezuela y Argelia. Lo significativo es que Estados Unidos recuperó su posición de liderazgo en el mercado internacional del crudo y está en posición de comprar a quien quiera y no a cualquiera que le ofrezca petróleo.En América Latina el gobierno venezolano verá disminuida su capacidad para comprar lealtades políticas y sumar apoyos internacionales, mientras que Brasil, Bolivia, Ecuador, México y Colombia, verán reducidas sus márgenes de maniobra para mantener el dinamismo de sus economías.Al mismo tiempo, con costos de energía más bajos, se presentará una reactivación de regiones económicas en crisis, como sucede en Europa y Norteamérica, y habrá posibilidades para que la inversión en nuevas fuentes de energía renovables aumente sustancialmente.Así, esta caída de precios rediseñará al mundo y producirá cambios en la geopolítica internacional, tal vez para mejor.

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