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Gobierno y oposición

"Hay pues una nueva realidad, que alterará las mayorías del Congreso. Es el nacimiento de una oposición distinta a la de los partidos de la izquierda democrática, que produce la alarma de algunos sobre el debilitamiento que puede generar en aspectos claves de la vida nacional. Entendiendo las preocupaciones, es necesario aceptar la posibilidad de disentir como un hecho inmanente y necesario para la democracia".

8 de julio de 2012 Por:

"Hay pues una nueva realidad, que alterará las mayorías del Congreso. Es el nacimiento de una oposición distinta a la de los partidos de la izquierda democrática, que produce la alarma de algunos sobre el debilitamiento que puede generar en aspectos claves de la vida nacional. Entendiendo las preocupaciones, es necesario aceptar la posibilidad de disentir como un hecho inmanente y necesario para la democracia".

Luego de meses de intensas y agudas polémicas, el expresidente Álvaro Uribe Vélez declaró de manera oficial su rompimiento con el presidente Juan Manuel Santos y el inicio de un movimiento con aspiraciones electorales, que hará oposición al gobierno de su sucesor. Es la oportunidad para redefinir la política en Colombia, afectada por los escándalos y amenazada por el unanimismo. Cuando se inició el mandato del presidente Santos, el país recibió un listado de propuestas para cambiar el funcionamiento del Estado y profundizar las soluciones sociales que reclama un país en crecimiento económico pero afectado por profundas inequidades y problemas sociales. Así mismo vio los esfuerzos por construir un consenso para sacar adelante las reformas que requiere el Estado. De esas propuestas surgió la Unidad Nacional, coalición que agrupó a gran parte de los grupos y partidos políticos con asiento en el Congreso para impulsar la agenda legislativa del Gobierno. Parecía que, con excepción de la inconformidad creciente del expresidente Uribe, el país se encaminaba a un período de tranquilidad en la política que garantizaba el éxito de una agenda llena de buenos propósitos.Dos años después, el ambiente ha cambiado. Y si bien la Unión Nacional se mantiene, sucesos como la fracasada reforma a la Justicia o la aprobación del Marco Jurídico Para la Paz, desataron tormentas que ya producen efectos como la no presentación de la reforma tributaria y el desvanecimiento de la anunciada reforma a la educación que debió suspenderse ante la oposición de estudiantes y miembros del sector.El fenómeno más importante es la declaración del expresidente Uribe. Aprovechando el homenaje a su exministro Fernando Londoño, el líder de Primero Colombia y del Partido de la U anunció la creación de una fuerza alternativa, opositora al gobierno en temas como el manejo de la seguridad y de la situación económica del país. Y aunque no se sabe quiénes o qué partidos la conforman, desde ya puede decirse que la Unidad Nacional alrededor del Gobierno tendrá un remezón grande.Hay pues una nueva realidad, que alterará las mayorías del Congreso. Es el nacimiento de una oposición distinta a la de los partidos de la izquierda democrática, que produce la alarma de algunos sobre el debilitamiento que puede generar en aspectos claves de la vida nacional. Entendiendo las preocupaciones, es necesario aceptar la posibilidad de disentir como un hecho inmanente y necesario para la democracia. Pero también es momento para reclamar que no se pierda de vista la necesidad de lograr acuerdos para mantener unido al país en asuntos vitales como la lucha contra la violencia y la búsqueda de soluciones al desempleo y la crisis social que afecta a la Nación.Oposición encabezada por el expresidentes Uribe versus mayorías absolutas manejadas por la coalición encabezada por el presidente Santos será el futuro de la política en Colombia. Ese cambio será positivo para darle aire a un ambiente político enrarecido por el unanimismo, como lo demostró el patético final de la reforma a la Justicia.

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