El pais
SUSCRÍBETE

Espionaje y filtraciones

"Es el espionaje en sus diferentes formas que, al parecer, se ha infiltrado en todas las instancias del Estado, y que pone en duda la seguridad. Por eso demanda respuestas efectivas y prontas de las autoridades y no permite especulaciones. Colombia exige que se encuentre a los responsables porque con la defensa nacional y el derecho a la privacidad no se juega y es una obligación garantizar su protección".

1 de octubre de 2014 Por:

"Es el espionaje en sus diferentes formas que, al parecer, se ha infiltrado en todas las instancias del Estado, y que pone en duda la seguridad. Por eso demanda respuestas efectivas y prontas de las autoridades y no permite especulaciones. Colombia exige que se encuentre a los responsables porque con la defensa nacional y el derecho a la privacidad no se juega y es una obligación garantizar su protección".

La protección de la información privada y la confidencialidad que garantiza la seguridad del Estado están en entredicho en Colombia. Los hechos conocidos en los últimos días son graves, representan un peligro para el país y demandan respuestas efectivas e inmediatas.Hace unos días, el jefe del equipo negociador del Gobierno en el proceso de diálogo con las Farc, Humberto de la Calle, denunció las interceptaciones ilegales, al menos en 17 ocasiones, de sus correos. No fue algo nuevo puesto que hace unos meses se conocieron los mismos hechos, de los cuales se acusó a miembros del Ejército. Fue un caso más de las ‘chuzadas’ que se han divulgado en meses recientes y que afectan desde el Presidente de la República hasta los directivos de la oposición. De dónde viene ese espionaje, quién lo promueve y qué busca son preguntas que se hace el país, que no se conforma con dejar el asunto en el plano de la confrontación partidista, como se ha querido presentar. Los hechos tienen un trasfondo más profundo y peligroso, si se quiere, que debe ser investigado y descubierto. Es el principio para garantizar la protección de la información privada, la reserva y la intimidad de todos los colombianos.A la par con las denuncias del doctor de la Calle, una investigación adelantada por la revista Semana destapó la filtración durante al menos los últimos siete años de documentos militares de la más alta confidencialidad, que están hoy en manos de particulares, gobiernos extranjeros, medios de comunicación y quién sabe de quién más. Son hechos escabrosos que atentan contra la seguridad nacional, dejan por el suelo a la inteligencia militar y generan desconfianza sobre la defensa del país.Y de nuevo hay que preguntar quién y con qué propósito promovió semejante tronera de la inteligencia y la seguridad nacionales. Más grave en este caso puesto que demuestra un fracaso de las fuerzas de seguridad nacional, además de insinuar una inevitable participación de quienes al interior de ellas conocían el contenido de los documentos y podían manipularlos.Es el espionaje en sus diferentes formas que, al parecer, se ha infiltrado en todas las instancias del Estado, y que pone en duda la seguridad. Por eso demanda respuestas efectivas y prontas de las autoridades y no permite especulaciones. Colombia exige que se encuentre a los responsables porque con la defensa nacional y el derecho a la privacidad no se juega y es una obligación garantizar su protección.Además se debe dar ejemplo y cerrar las filtraciones de documentos reservados. Nada puede ser más dañino que los criminales usen la tecnología y su sagacidad para poner en riesgo al país, mientras avasallan la capacidad de quienes tienen el deber de garantizar el derecho a la intimidad y preservar el secreto de las labores de inteligencia como principio para el resguardo de la seguridad nacional.

AHORA EN Editorial