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"La campaña para elegir al próximo presidente de Estados Unidos comenzó esta semana, en un recorrido que promete sorpresas. Ya se conocen los nombres de los primeros aspirantes, mientras las agendas nacional e internacional del debate parecen definidas desde la Casa Blanca".

17 de abril de 2015 Por:

"La campaña para elegir al próximo presidente de Estados Unidos comenzó esta semana, en un recorrido que promete sorpresas. Ya se conocen los nombres de los primeros aspirantes, mientras las agendas nacional e internacional del debate parecen definidas desde la Casa Blanca".

La campaña para elegir al próximo presidente de Estados Unidos comenzó esta semana, en un recorrido que promete sorpresas. Ya se conocen los nombres de los primeros aspirantes, mientras las agendas nacional e internacional del debate parecen definidas desde la Casa Blanca.El lanzamiento de las candidaturas de Hillary Clinton, por el Partido Demócrata, y de Marco Rubio, por el Partido Republicano, avivó la carrera para decidir quién remplazará a Barack Obama. Pero apenas son dos de los nombres que entrarán en la contienda, a la que le faltan 19 meses y dos convenciones en las que se elegirá a los representantes de las dos colectividades.El inicio de la campaña se da en condiciones diferentes en cuanto a la situación interna de los Estados Unidos, la de mayor peso en la decisión de los votantes. En comparación con lo sucedido en las elecciones anteriores, la economía de la nación norteamericana muestra avances en su recuperación, con un crecimiento del 2,4% en 2014, una reducción del 7,3% de los gastos federales y una disminución de la tasa de desempleo que se ubica ahora en el 5,5%. Pero esos avances no acaban de convencer a la clase media que aún padece los estragos del descalabro financiero del 2008. Si bien las cifras demuestran que su capacidad adquisitiva ha mejorado y se reactivó la oferta laboral, esa población siente que ha cargado con el mayor peso del problema que obligó a tomar decisiones anticrisis que favorecieron a los más ricos. La política también guiará la agenda e influirá en la intención de voto: los cambios en el sistema de salud o la reforma migratoria, así como la confrontación partidista y las talanqueras impuestas por las mayorías republicanas en el Congreso en contra de las decisiones del Gobierno, e incluso unas huestes demócratas que tratan de deslindarse del gobierno de Obama.En lo internacional se prevé que el debate girará en torno a las decisiones recientes tomadas por Obama. El acuerdo sobre el tema nuclear con Irán, y liderado por EE.UU., así como la oposición del Gobierno de Israel a las negociaciones, serán los temas álgidos. De igual forma las declaraciones del Mandatario en la Cumbre de las Américas, muestran la intención del país de acercarse de nuevo a América Latina, con más igualdad e incluso un poco más de humildad.Mención aparte merece Cuba, y el fin de la guerra fría por el acercamiento que ha significado retomar las relaciones diplomáticas, sacar de la lista de colaboradores del terrorismo al régimen castrista y abrir la puerta para levantar el embargo a la isla. Los efectos de esas decisiones dentro de los Estados Unidos, se ven ya por ejemplo en la oposición de la poderosa comunidad cubanoamericana y en la reacción favorable de los sectores más liberales de la sociedad.Con esos asuntos en ciernes, con las precandidaturas de Hillary Clinton y del joven senador republicano de origen cubano Marco Rubio, más todas las que faltan por aparecer, así como las sorpresas que se darán en el camino, comenzó la conquista de los votantes que definirán quién será el próximo presidente de los Estados Unidos.

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