El pais
SUSCRÍBETE

Empieza la campaña

Hillary Clinton puede ser la primera mujer en ser elegida para el principal cargo de la Nación más poderosa del mundo. Esa característica, novedosa e inesperada en una política donde desde hace un siglo el género femenino ha ido ganando espacios y reconocimientos, debería ser una carta de triunfo. Sin embargo, en su caso empieza a pesar también la fatiga que evidencian los electores estadounidenses frente a la política tradicional de su país.

28 de julio de 2016 Por:

Hillary Clinton puede ser la primera mujer en ser elegida para el principal cargo de la Nación más poderosa del mundo. Esa característica, novedosa e inesperada en una política donde desde hace un siglo el género femenino ha ido ganando espacios y reconocimientos, debería ser una carta de triunfo. Sin embargo, en su caso empieza a pesar también la fatiga que evidencian los electores estadounidenses frente a la política tradicional de su país.

El turno le correspondió a Hillary Clinton. A partir de ahora será la candidata oficial del Partido Demócrata, que deberá enfrentar al empresario Donald Trump, ya calificado como el fenómeno más preocupante de la política estadounidense en toda su historia. Será pues una confrontación apasionante. La señora Clinton es la experiencia y el recorrido por todos los ámbitos del poder en los Estados Unidos. Además de una abogada prestigiosa, la nueva candidata ha conocido desde la Gobernación de su Estado natal hasta la Presidencia, al lado de su esposo, el exmandatario Bill Clinton. A todo ese recorrido de más de cuarenta años que le ha asegurado un protagonismo constante, ella ha sumado su elección al Senado y su nominación como Secretaria de Estado de su país. Hillary Clinton puede ser la primera mujer en ser elegida para el principal cargo de la Nación más poderosa del mundo. Esa característica, novedosa e inesperada en una política donde desde hace un siglo el género femenino ha ido ganando espacios y reconocimientos, debería ser una carta de triunfo. Sin embargo, en su caso empieza a pesar también la fatiga que evidencian los electores estadounidenses frente a la política tradicional de su país.Así lo muestran las encuestas previas a la convención demócrata y posteriores a la republicana, las cuales muestran un empate. Su rival destapó algunas cartas de su campaña. Y a pesar de haber sido soporte económico del establecimiento, es Trump el candidato antisistema, el que ofrece pasar por encima de los compromisos, el que tomó el concepto de revivir a los Estados Unidos y ofreció una especie de revolución donde las minorías cumplen un papel secundario. Como era de esperarse, la propuesta de la señora Clinton es más cordial y menos chocante con las minorías. Con ella trata de superar la división de su partido, causada por revelaciones sobre espionajes a la campaña de su competidor Bernie Sanders y marcar la diferencia con un rival amenazante. Por eso el discurso de su esposo fue una remembranza sobre su vida en común, en la cual destacó sus capacidades como líder y como miembro de familia para terminar definiéndola como la “hacedora del cambio”.Así empezó la campaña presidencial del país más importante del hemisferio occidental y la gran potencia militar y económica del planeta. De un mundo cada vez más conmocionado por los radicalismos, los extremismos y la violencia, en el cual se necesita un liderazgo claro y preciso que anteponga el sentido común a la confrontación por razones religiosas, raciales o doctrinarias. Y de un país donde las contradicciones por esas razones están a la orden del día, causando fenómenos de violencia que recuerdan las épocas de la segregación racial.Los próximos cuatro meses serán escenario de un debate de la mayor importancia para el futuro de los Estados Unidos y para el resto de la humanidad. Será una confrontación entre la política tradicional con todos sus defectos y aquella que nace del populismo y puede llevar a resultados peligrosos para la convivencia y la tolerancia.

AHORA EN Editorial