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El verdadero Obama

"...hay consenso en que el discurso de Obama resultó memorable. Muy bien escrito, lleno de contenido esperanzador y notablemente expresado, el Presidente cosechó entusiastas aplausos de los asistentes a la ceremonia. Volvió a ser el brillante retórico que entusiasmó al mundo en su primera campaña presidencial".

15 de febrero de 2013 Por:

"...hay consenso en que el discurso de Obama resultó memorable. Muy bien escrito, lleno de contenido esperanzador y notablemente expresado, el Presidente cosechó entusiastas aplausos de los asistentes a la ceremonia. Volvió a ser el brillante retórico que entusiasmó al mundo en su primera campaña presidencial".

No hay duda: la reelección presidencial limita las posibilidades de que un Presidente en ese trance sea fiel a sus más íntimos convencimientos y lo lleva bien a aceptar compromisos con ideas en las que no cree o a ejecutar actos de gobierno para favorecer a posibles electores.Esta es la opinión generalizada en los Estados Unidos. Para ellos “el verdadero” Obama surgió en su discurso sobre el Estado de la Unión pronunciado el pasado martes, cuando ya no tiene la expectativa de una nueva reelección. “Ahora puede decir lo que realmente piensa y dedicarse a hacerlo realidad”, escribió uno de los columnistas del New York Times.Y también hay consenso en que el discurso de Obama resultó memorable. Muy bien escrito, lleno de contenido esperanzador y notablemente expresado, el Presidente cosechó entusiastas aplausos de los asistentes a la ceremonia. Volvió a ser el brillante retórico que entusiasmó al mundo en su primera campaña presidencial.Obama se comprometió con la reforma migratoria integral, los esfuerzos por generar más y mejores empleos para la clase media estadounidense, el retiro de las tropas de Afganistán, la creación de una zona de libre comercio con la Unión Europea, el combate contra la pobreza extrema en el mundo y los esfuerzos por contener el calentamiento global. Y sorprendió a los asistentes con el compromiso de propender por una educación preescolar pública, asunto novedoso en Estados Unidos.Pero este fue el párrafo que arrancó una larga ovación: “…sabemos que el progreso en las partes empobrecidas de nuestro mundo nos enriquece a todos. En muchos lugares, la gente vive con poco más de un dólar al día. Así que los Estados Unidos unirá fuerzas con nuestros aliados para erradicar esa pobreza extrema en las próximas dos décadas: conectando a más personas a la economía global y fomentando la participación de las mujeres; dándoles a nuestros jóvenes y a nuestras mentes más brillantes nuevas oportunidades para servir; ayudando a las comunidades a poder alimentarse, obtener energía, y educarse a sí mismos; salvando a los niños del mundo de muertes prevenibles; y haciendo realidad la promesa de una generación libre del Sida”.Por eso fue criticado. Para algunos analistas aquí hay una confusión entre los que es posible y lo que es irrealizable. Recuerdan que, pese al mejoramiento de la situación económica ésta sigue siendo mala y que el país está al borde de un abismo fiscal que obligará a elevar el techo de la deuda, por lo que los grandes compromisos mundiales no están al alcance del presupuesto de la gran nación norteamericana, abocada a recortes fiscales de significación.Y aunque Obama reconoció esta realidad, trató de minimizarla aludiendo a la necesidad de mantener un alto nivel de gasto en educación, ciencia y tecnología, salud pública y generación de energías limpias, lo que resulta contradictorio. Pero los latinos y otras minorías reconocieron como positivo el compromiso por “luchar contra la pobreza extrema”.En suma, un discurso esperanzador, toda una plataforma progresista que, sin embargo y por eso mismo, cosechará no pocas contrariedades.

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