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El turno es para el periodismo

"Ahora, el turno fue para la libertad de expresión. Además de pedir expropiaciones e intervenciones de todo género a la libertad de prensa, las Farc exigen al gobierno espacios y participaciones que desconocen el ordenamiento jurídico y desafían la lógica de un proceso planteado para fortalecer la democracia".

9 de agosto de 2013 Por:

"Ahora, el turno fue para la libertad de expresión. Además de pedir expropiaciones e intervenciones de todo género a la libertad de prensa, las Farc exigen al gobierno espacios y participaciones que desconocen el ordenamiento jurídico y desafían la lógica de un proceso planteado para fortalecer la democracia".

Y llegó el momento esperado por las Farc para dar a conocer sus propuestas con respecto a la prensa, al periodismo, a los medios de comunicación y a la libertad de expresión. Para los colombianos queda claro que el comunicado del miércoles en La Habana es más una notificación propia de un régimen totalitario empeñado en silenciar la crítica que un aporte para la construcción de la democracia.En su alocución desde el Puente de Boyacá, donde se celebró un aniversario más de la batalla que decidió la libertad de Colombia, el presidente Juan Manuel Santos pidió que no se tuvieran en cuenta las declaraciones que a diario expiden las Farc por fuera de la mesa de negociación. La pregunta es cómo hacerlo cuando la última proclama es toda una amenaza contra las libertades que conseguimos en la Batalla que el Mandatario conmemoró el pasado 7 de agosto como representante de la Nación.Hace unos días fue el marco jurídico para la paz el que experimentó el ataque de las Farc. Ahora resulta que lo descalifican por no haber sido negociado con la guerrilla. Es decir, ellos no consideran que han cometido crímenes y por lo tanto no aceptan que se hable de amnistías o perdones o penas alternativas. En otros términos, el país ha perdido dos años de debate democrático sobre la utilización de justicias alternativas, sobre perdón, olvido, reconciliación, víctimas y victimarios.Ahora, el turno fue para la libertad de expresión. Además de pedir expropiaciones e intervenciones de todo género a la libertad de prensa, las Farc exigen al gobierno espacios y participaciones que desconocen el ordenamiento jurídico y desafían la lógica de un proceso planteado para fortalecer la democracia.Por las consecuencias que genera, es imposible dejar pasar la amenaza que disfrazada de propuestas para mejorar el uso de la comunicación arremete contra las libertades de expresión y de empresa en Colombia. Y cuando las Farc disfrazan su obsesión por silenciar la crítica a sus actitudes y protestas totalitarias y la información sobre sus crímenes de todo tipo contra el pueblo colombiano.El comunicado, cuyo contenido es similar a las propuestas del Representante a la Cámara Iván Cepeda, no sorprende pues de todos es conocido el talante estalinista de la guerrilla más antigua del planeta. Pero no por ello debe guardarse silencio. Sin pensar en intereses egoístas, los medios y el periodismo libre estamos llamados a expresar nuestra posición contra tal exabrupto. Que no se nos llame enemigos de la paz por rechazar lo que desconoce las bases de la tradición de libertad que tiene nuestro país.Con sus expresiones, los voceros de las Farc le han asestado otro golpe, demoledor si se quiere, al diálogo que le abrió el Gobierno Nacional. Por la gravedad de sus contenidos, esa declaración no puede pasar inadvertida, cuando de lo que se trata es de hablar para tratar de terminar con la violencia y no de amenazar las libertades que los colombianos hemos construido a través de 194 años de independencia.

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