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El suicidio de Siria

"Lo cierto es que esta postura de la administración siria parece más una salida desesperada para tratar de evitar un posible intervención militar de Estados Unidos y sus aliados, que en este momento se encuentran realizando consultas en territorio jordano. Mientras tanto, la pasividad de la ONU causa alarma".

26 de agosto de 2013 Por:

"Lo cierto es que esta postura de la administración siria parece más una salida desesperada para tratar de evitar un posible intervención militar de Estados Unidos y sus aliados, que en este momento se encuentran realizando consultas en territorio jordano. Mientras tanto, la pasividad de la ONU causa alarma".

El gobierno de Siria dice que acordó con Naciones Unidas que inspectores de armas del organismo visiten el sitio del supuesto ataque químico de esta semana en los suburbios de Damasco en el que se cree murieron al menos 300 personas.De acuerdo con la organización Médicos Sin Fronteras, se contabilizaron 355 fallecidos y más de mil personas que presentaron síntomas de afectación por agentes neurotóxicos. Sin embargo, la aceptación de una inspección cinco días después de los terribles acontecimientos arroja dudas sobre la sinceridad del gobierno sirio, que continúa negando su responsabilidad pese a las evidencias y múltiples testimonios.Lo cierto es que esta postura de la administración siria parece más una salida desesperada para tratar de evitar un posible intervención militar de Estados Unidos y sus aliados, que en este momento se encuentran realizando consultas en territorio jordano. Mientras tanto, la pasividad de la ONU causa alarma.Al respecto el gobierno de Estados Unidos considera que la oferta siria a la ONU llega “demasiado tarde para ser creíble”. “Si el gobierno sirio no tenía nada que ocultar y quería demostrarle al mundo que no había usado armas químicas en este incidente, tendría que haber cesado sus ataques en la zona y otorgado acceso inmediato a la ONU hace cinco días”, dijo un alto funcionario a medios internacionales.Vale la pena recordar que, desde el 2012, el presidente Obama advirtió al gobierno de Bashar Al Assad que no debía “cruzar la línea Roja”, refiriéndose al posible uso de armas químicas. Que son también armas de destrucción masiva y cuyo uso ha sido condenado por multitud de instrumentos internacionales desde comienzos del Siglo XX. También debe recordarse que la simple sospecha de que el gobierno de Sadam Hussein en Iraq poseyera arsenales de armas de destrucción masiva, bastó para desatar la invasión militar estadounidense y terminó en la gravísima situación que padece hoy la nación iraquí.El gobierno del sanguinario Al Assad lo sabe y ha comenzado a dar muestras de ello. Por eso advirtió que una intervención militar en el país liderada por Estados Unidos tendría consecuencias peligrosas y haría arder la región. El ministro de Información, Omran Zoabi, dijo que Siria se mantiene fuerte, con amigos y aliados en la región. Y un alto general iraní advirtió que si cruza lo que llamó la “línea roja” en Siria (en referencia a una posible intervención militar) esto tendrá serias consecuencias. Mientras tanto Rusia y China guardan silencio, mientras esperan si se presenta una solicitud de intervención en Siria ante el Consejo Ejecutivo de la ONU.Por su parte el exportavoz de la cancillería siria Jihad Makdissi le dijo a la BBC en su primera entrevista desde que huyó del país que si el gobierno llevó a cabo el ataque químico, se trata de un acto suicida. El mundo espera, un tanto estupefacto, las consecuencias que acarreará el genocidio perpetrado por el gobierno sirio. Como en Libia, quiere que este drama se acabe pronto y que los matones paguen sus culpas.

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