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El nuevo Comando

"Aunque de la comisión forman parte dos generales retirados del Ejército y la Policía, tener en La Habana a oficiales activos y del nivel del general Flórez le da una característica que debe ser explicado a la Nación, para evitar confusiones".

31 de agosto de 2014 Por:

"Aunque de la comisión forman parte dos generales retirados del Ejército y la Policía, tener en La Habana a oficiales activos y del nivel del general Flórez le da una característica que debe ser explicado a la Nación, para evitar confusiones".

Hasta la semana pasada, el proceso de negociación con las Farc andaba por los caminos normales, incluidas las críticas de quienes se oponen a la forma en que se ha llevado a cabo. Hoy, el anuncio del presidente Juan Manuel Santos sobre la creación de un comando al interior de las Fuerzas Armadas para la transición, obliga a pedir que se les aclare a los colombianos en qué estado se encuentran esas negociaciones.Hace unos días, la polémica la produjo el envío a La Habana de militares de alto rango y en servicio activo para que, según se explicó, empezaran a abrir el camino de la entrega o ‘dejación’ de armas de las Farc, mediante lo que llamó el Gobierno un asesoramiento a los equipos negociadores. Encabezada por el general Javier Flórez, hasta ese momento Jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, la comisión tuvo contactos con los delegados del grupo guerrillero, cuyo contenido y resultados no han sido divulgados. La decisión produjo reacciones, puesto que parecía inusual que quienes se dedican a combatir a las Farc y han sido objeto de sus ataques terroristas, estuvieran sentados en la misma mesa con sus enemigos. En forma rápida, el Gobierno explicó que su papel no era de negociadores y que estaban sólo prestando un servicio. Lo cual sirvió para aclarar el papel que estaban cumpliendo en el proceso, aunque empezó a dejar inquietudes sobre los avances que éste ha tenido. Se produjo entonces el ajuste mediante el cual se crea un Comando de Transición, el cual, según el presidente Santos, “se encargará de asesorar a los negociadores del Gobierno en la desmovilización y el desarme de las Farc”. Ese comando estará dirigido por el mismo general Flórez, quien según el ministro de Defensa operará desde el mismo Estado Mayor Conjunto, y tendrá como misión establecer las condiciones de esa desmovilización. La decisión sorprende. En primer lugar porque da a entender que el proceso de negociación ha llegado a un estado de definición muy avanzado. En segundo término, porque sugiere que la Fuerza Pública ya entra a ser parte de esa negociación, así sea como asesora. Aunque de la comisión forman parte dos generales retirados del Ejército y la Policía, tener en La Habana a oficiales activos y del nivel del general Flórez le da una característica que debe ser explicado a la Nación, para evitar confusiones. No cabe duda de que el Presidente de la República tiene las atribuciones para realizar las gestiones que lleven al final del conflicto. También, que el ser asesores de la delegación del Gobierno que negocia con las Farc no convierte en deliberantes a los oficiales que cumplen tal misión. Sin embargo, en este caso se ha producido un cambio dentro de las instituciones militares que demanda claridad. El cambio en las Fuerzas Militares lleva a preguntar cuál es el estado real de los diálogos. Porque no son sólo ellas las que deben prepararse para el postconflicto: es en primer lugar la sociedad la que tiene que saber qué compromisos han adquirido tanto el Estado como las Farc en la mesa de negociación de La Habana.

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