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El Niño es realidad

La amenaza va en serio, al punto en que el Gobierno Nacional convocó a un Consejo de Ministros en Barranquilla para “analizar los efectos del cambio climático en el país” y tomar medidas. Uno de los impactos más importantes de ese cambio es el incremento que se ha presentado en las tarifas de energía en ciudades como Cali, donde desde mayo se está pagando por anticipado lo que en las esferas nacionales se consideran apenas como inminente.

24 de julio de 2014 Por:

La amenaza va en serio, al punto en que el Gobierno Nacional convocó a un Consejo de Ministros en Barranquilla para “analizar los efectos del cambio climático en el país” y tomar medidas. Uno de los impactos más importantes de ese cambio es el incremento que se ha presentado en las tarifas de energía en ciudades como Cali, donde desde mayo se está pagando por anticipado lo que en las esferas nacionales se consideran apenas como inminente.

La sequía en casi todas las regiones de Colombia, causada en gran parte por la llegada del fenómeno del Niño, indica a las claras que la amenaza es ya una realidad. Y que el país no puede seguir actuando como si nada ocurriera, cuando las alarmas que se dieron con tiempo se están transformando en realidades comprobables que afectan a millones de seres humanos, a la fauna y a los cultivos que alimentan a la población colombiana.Hace algunos meses, las imágenes sobre la tragedia que producía la falta de agua en los llanos del Casanare eran patéticas: pozos y humedales secos por la alteración del régimen de lluvias y cientos de animales que morían de sed, sin que fuera posible evitarlo. Y como consecuencia del repentino y enorme cambio en el equilibrio ecológico, no faltaron los análisis que anunciaron la posibilidad de que la antes rica región terminara convertida en zona desértica.Ahora, cuando el Niño es una realidad que golpea en todo el país, al punto en que se habla ya de por lo menos 15 de los 33 departamentos, incluidos en primer lugar los que tienen costas sobre los dos mares, en los cuales la temperatura está aumentando de manera acelerada. Más notoria aún es la situación de regiones como la Guajira, donde, según crónicas de la revista Semana, la situación está afectando en especial a los niños y la gente tiene que realizar largas peregrinaciones para conseguir agua. Y, como si fuera poco, miles de cabezas de ganado han muerto o han tenido que ser sacrificadas pues los pastos se secan y no hay forma de suministrarles el líquido que garantice su supervivencia.La alarma es pues generalizada en la región colombiana. Con el agravante de que en sitios como las lomas que rodean a Cali se están presentando incendios frecuentes, muchos de los cuales son causados por manos criminales, y en otros es notoria la ausencia de autoridades que entiendan el peligro que significa la sequía para cientos de municipios a los cuales no les llega el agua potable, según lo informa la Defensoría del Pueblo. Y ante todo por el deterioro del medio ambiente y la indolencia ante el grave riesgo que se está creando para la supervivencia de millones de personas.La amenaza va en serio, al punto en que el Gobierno Nacional convocó a un Consejo de Ministros en Barranquilla para “analizar los efectos del cambio climático en el país” y tomar medidas. Uno de los impactos más importantes de ese cambio es el incremento que se ha presentado en las tarifas de energía en ciudades como Cali, donde desde mayo se está pagando por anticipado lo que en las esferas nacionales se consideran apenas como inminente.Cabe repetir que la llegada del Niño es una realidad que golpea en distintas formas a los colombianos. Unos, como los habitantes de la costa atlántica y parte de los llanos orientales, debido a la escasez de agua potable. Los demás, porque tendrán que padecer el incremento en los precios de los alimentos originados en la escasez y por el incremento en las tarifas de la energía. Esa es una realidad que no admite demoras en su atención.

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