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El Jarillón, compromiso ineludible

Por encima de cualquier diferencia política, culminar el proyecto del Jarillón garantiza que Cali estará de nuevo tranquila ante las crecidas del río Cauca.

6 de octubre de 2019 Por: Vicky Perea García

Con la entrega de 360 apartamentos en la ciudadela Charco Azul y El Pondaje a las familias que antes habitaban en el jarillón del río Cauca, el Gobierno Municipal da otro paso en firme hacia la terminación de una obra que es ante todo un deber para proteger a Cali. Lo que sigue es asegurar el compromiso de quien sea el próximo alcalde de la ciudad para garantizar la culminación de un proyecto fundamental para la tranquilidad de los caleños.

No ha sido fácil realizar la labor de recuperar el muro de contención construido hace más de cincuenta años para impedir que las crecidas del río Cauca inundaran una zona cada vez más habitada de la capital vallecaucana. Más aún cuando la desidia de varias administraciones, la influencia de dirigentes políticos y el crecimiento de las invasiones de personas que llegaban a Cali, terminaron creando casi una nueva ciudad encima de la obra.

Por ello se despertaron las alertas sobre lo que podía ocurrir y surgió el compromiso del Gobierno Municipal de convocar a la Nación e intervenir para recuperar el jarillón e impedir lo que sería una catástrofe para cerca de un millón de personas. Eso podía pasar si el muro, debilitado por los asentamientos, por la presencia de hormigas y el desgaste natural, cedía ante las arremetidas del Cauca.

Así se consiguió que la Nación aportara una cifra que supera el billón de pesos, mientras la CVC inició el trabajo técnico para la recuperación. Y lo más importante, en los últimos cuatro años la administración del alcalde Maurice Armitage enfrentó con decisión la obligación de impulsar las acciones que se requerían para despejar el jarillón y resolver los problemas de las 8777 familias que allí habitaban.

Como consecuencia, al gobierno local le ha tocado enfrentar toda suerte de embates políticos y jurídicos que han tratado de impedir lo que sin duda es una necesidad de todos los caleños, empezando por los que invadieron el Jarillón. Han sido cerca de 600 tutelas que no han impedido el reasentamiento de 4924 familias y el despeje de 20.143 metros, el 77% del área del muro de contención. De otra parte, La CVC ya ha intervenido o están en desarrollo obras en 23 de los 26 kilómetros de extensión que tiene el Jarillón, lo que da una idea del esfuerzo realizado para recuperar una infraestructura vital para la seguridad de Cali y de sus habitantes.

Ese empeño merece el reconocimiento de la comunidad caleña y debe ser un llamado para terminar las obras y las soluciones que faltan: 3853 familias por reubicar, la construcción de las viviendas, la culminación de los tres kilómetros que están pendientes de contratar y el aseguramiento de los recursos para concluir la intervención, que debe ser en el año 2021. Por ello es indispensable conseguir el compromiso de quienes aspiran a Gobernar a Cali a partir del próximo primero de enero, para completar la intervención técnica, económica y social de las últimas décadas en la capital vallecaucana.

Por encima de cualquier diferencia política, culminar el proyecto del Jarillón garantiza que Cali estará de nuevo tranquila ante las crecidas del río Cauca.

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